Opinión

Expectativa o coyuntura, qué manda hoy en precio de la hacienda

Qué pasó esta semana en el mercado de Liniers y que lleva a los ganaderos a convalidar precios más allá de los márgenes instantáneos.
Diego Ponti
por Diego Ponti |
El mercado de Liniers registró bajas tras las fuertes subas de lal semana pasada. 

El mercado de Liniers registró bajas tras las fuertes subas de lal semana pasada. 

Terminada la semana en el Mercado de Liniers, donde este viernes se registró un ingreso que no superó las cinco mil cabezas, entrada acotada para este día de la semana. El acumulado semanal fue de 17.700 animales, siendo el más bajo en ocho semanas.

Luego de las variaciones positivas que se dieron durante las primeras semanas de noviembre y de los distintos rumores de regulaciones hacia el final de la última semana, las cotizaciones no pudieron defender sus valores y ajustaron hacia abajo en sus promedios, todo indica que el Mercado va hacia su nuevo punto de equilibrio. El promedio general disminuyó un 6%, ubicándose en 192,4 $/kg.

Las categorías de consumo registraron quebrantos en el orden del 5%, donde los novillitos, con una menor participación porcentual, promediaron 229 $/kg, mientras que las vaquillonas se ubicaron en 222 $/kg.

El novillo logró defender mejor sus valores promediando 217 $/kg mientras que las vacas fueron las mas firmes y no vieron grandes variaciones.

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Para comprender los números del mercado de Liniers

Más allá de la semana, seguimos relevando que en general el ganadero está enfocado en cubrirse de la inflación y lo lleva a convalidar precios que tal vez no cierran al hacer los cálculos del negocio.

Además, la suba de categorías livianas en el recorrido del año les viene dando un poco la razón de que lo que parece caro hoy es barato mañana, por ejemplo, los $ 360 del ternero liviano.

Por otro lado, se han aprovechado fuertemente las líneas de financiamiento y eso le da un impulso extra a los valores de la hacienda.

En general las cartas está echadas más que nunca a una suba de precio de categorías más pesadas, como se dio fin de la semana pasada.

Es decir, una apuesta a negocios largos, entrando caros nominalmente pero con expectativas de que el gordo suba mas allá de la perdida de ingresos reales de parte de la población.

En conclusión, el ganadero es más optimista por el contexto que por el negocio, pero optimista al fin como buen ganadero.