Para el caso de la Argentina, el FMI mejoró desde 5,8% a 6,4% su perspectiva de mejora económica, aunque no alcanzará para compensar el desplome de 10% que sufrió en el primer año de la pandemia. Para 2022, por otra parte, las perspectivas fueron remarcadas hacia abajo 0,1 puntos porcentuales.
Según el FMI, la mejora de estimación de crecimiento para la Argentina está basada en los precios internacionales de las materias primas, que implicaron un ingreso mayor de recaudación fiscal y de divisas, un avance en el intercambio comercial con países socios y un ritmo de vacunación más rápido de lo previsto, tal como lo consideró la directora adjunta del Departamento de Estrategia, Política y Evaluación Petya Koeva Brooks.