Mientras transcurría el juego que terminó en empate 1-1 entre Inglaterra y Hungría en Wembley, se vio que la policía encargada de resguardar la seguridad de todos los presentes en el estadio se enfrentó con un puñado de hinchas visitantes, que ante el ingreso de las autoridades a la tribuna reaccionaron de mala manera y llegaron incluso a los golpes.