El escándalo sexual de Caboclo, una clave en la decisión
Los jugadores de Brasil manifestaron su postura de no querer jugar el certamen, no solo con la Confederación Brasileña de Fútbol -cuyo presidente, Rogério Caboclo, fue destituido debido a la denuncia por acoso moral y sexual que recibió por parte de una empleada- sino también en una charla que mantuvo Casemiro con los capitanes de los otros seleccionados.
Sigue el escándalo en Brasil: apartaron al presidente de la CBF
Walter Feldman, secretario general de la Confederación Brasileña de Fútbol, y gran parte de los directivos del ente, solicitaron la destitución del presidente Rogério Caboclo por la denuncia por acoso moral y sexual que recibió de parte de una empleada. Finalmente, lo apartaron de su cargo por 30 días, por decisión del Consejo de Ética.
El lugar será asumido temporalmente por Antonio Carlos Nunes, actual vicepresidente de la CBF, quien estará al frente de la entidad al menos durante los próximos 30 días, período que coincide con la Copa América, que comenzará el próximo día 13 de junio.
Neymar quiso convencer al resto de los capitanes para el boicot
El astro del PSG fue el encargado de ser el enlace entre las intenciones de la selección brasileña y el resto de las selecciones. Pero, salvo contadas excepciones, como las declaraciones de Luis Suárez y Sergio Agüero, la recepción que tuvo de parte de otras selecciones no fue la esperada. Ese es otro motivo por el cual el plantel brasileño se bajó de la posibilidad de hacer un boicot a la Copa América.
Antes del partido ante Ecuador, por ejemplo, Neymar habló con los capitanes ecuatorianos, Enner Valencia e Airton Preciado, para discutir sobre lo que tenía pensado el plantel de la Canarinha, pero la respuesta no fue la esperada. Hay varias selecciones que ven a la Copa América como una fuente de dinero bastante importante, ya que el torneo de selecciones más antiguo del mundo reparte cuatro millones de dólares por participar, le da nueve millones al subcampeón y catorce al campeón.
Copa América: el comunicado de Argentina en favor del torneo fue una victoria para Conmebol
La Copa América de 2020 sufrió la postergación el año pasado, y en este 2021, la pérdida de las dos sedes que originalmente organizarían el torneo. Primero Colombia, por su crisis social, y luego Argentina, por decisión sanitaria, se bajaron de ser anfitriones de un torneo que obligó a la Conmebol a preguntarle a Brasil si se podía hacerse cargo. Pero el torneo pendía de un hilo con los rumores de boicot de los jugadores brasileños.
Por eso, en una reunión virtual la Conmebol, con su presidente Alejandro Domínguez al frente, solicitó a las diez asociaciones sudamericanas que muestren públicamente su posición en favor de la disputa del torneo, aún cediendo algunas condiciones en lo organizativo.
En ese marco, el comunicado lanzado por la AFA asegurando su participación se vivió como un triunfo en Asunción, porque Argentina era el otro país que pretendía que no se juegue el torneo. A cambio del apoyo, la entidad presidida por Claudio Tapia le pidió a la Conmebol no hacer base en Brasil para disputar el torneo, sino hacerlo en Ezeiza, algo que en otro contexto sería rechazado inmediatamente.
La Selección Argentina optó por ir el día anterior de cada partido y volver a Buenos Aires, para quedarse en el predio de la AFA. Todos los vueltos serán fletados por empresas pagas por la Conmebol, que gastará unos cuarenta millones de dólares en la organización.
Después del anuncio argentino, salvo Brasil, las otras ocho asociaciones mandaron su apoyo a la realización del torneo. Eso se completará cuando la CBF haga público el mensaje de sus jugadores y, recién ahí, la Copa América Brasil 2021 tendrá la oficialización que busca la Conmebol.