La investigación por la campaña presidencial de 2015 había caído primero en manos del fiscal federal con competencia electoral en la Capital, Jorge di Lello. No obstante, la jueza María Servini de Cubría consideró que los delitos que se investigaban excedían la competencia electoral y envió el expediente a un sorteo, que finalmente hizo que todo recayera en Lijo y González.