Ahora en la justicia miran con los dos ojos el resultado de las PASO y las encuestas. Cualquier cosa que haga el gobierno se inscribe en una campaña que tiene que ver con el marketing electoral o con iniciativas voluntaristas. Pero que dentro de los tribunales carecen de peso y ni siquiera se toman en serio. Incluso, muchas de las fuentes consultadas, consideran que son iniciativas que llegan tarde, que se explican fuera de lugar y mal “porque encima se hace por radio”.
El gobierno de Mauricio Macri empezó mal con la justicia y en especial con la Corte Suprema. El ejemplo más claro es la designación en diciembre de 2015 de los jueces Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz por decreto. Después lo corrigió. Pero fue una poderosa marca de agua en la política de Cambiemos frente a la justicia.
Aquel decreto de 2015 tiene demasiados puntos de contacto con el traslado del fiscal Juan Pedro Zoni, que investigaba el caso del “Correo Argentino” que dispuso el Procurador interino Eduardo Casal. O la investigación en el Consejo de la Magistratura contra el juez Ariel Lijo, que tiene en sus manos la causa del Correo. Más allá de ello, lo cierto es que la gestión macrista buscó “su” Corte.
Desde que la fórmula "Fernández - Fernández" se impuso en las PASO, aparecieron preguntas sobre qué va a pasar en el máximo tribunal del país. En la Corte “Alberto cae bien”. Por su parte, el lunes 19 de agosto el candidato presidencial más votado en las PASO Alberto Fernández dijo: “Tengo mucho respeto por la Corte Suprema, son todos jueces dignos".
Por ello, de acuerdo con fuentes consultadas para esta nota, lo que se diga por estos días sobre el tema entra en el plano de la especulación y los rumores.