El otro había ocurrido justo un año antes cuando una corte superior de Lahore, una ciudad al este del país, a la que pertenecía Malik ponía fin a una práctica denigrante: los tests de virginidad. La misma justicia se los practicaba a las mujeres durante los procesos penales cuando ellas denunciaban una violación.
Malik, que trabajó durante 20 años como jueza en el Tribunal Superior de esa ciudad, argumentó el test de virginidad "ofende la dignidad de la víctima" y que discrimina en a las personas base al género. En base a esto los gobiernos de las regiones de Punjab -a donde pertenece la ciudad de Lahore- y de Sindh, prohibieron su uso.
Pakistán: ¿Quién es la jueza Asheya Malik?
La ahora jueza de la Corte Suprema pakistaní se formó en colegios de París y Nueva York. Se recibió de abogada en el Colegio de Leyes de Pakistán. Luego completó sus estudios en la Universidad de Harvard.
Malik recibió reconocimientos internacionales por su labor en defensa de los derechos de las mujeres. Forma parte de la Asociación International de Mujeres Juezas. A lo largo de su carrera también se dedicó a temas relacionados con el ambiente.
“Este es un paso sumamente importante para mejorar la diversidad de género en el poder judicial del país, donde, del total de jueces, solo el 17 por ciento son mujeres, y representan menos del 4,4 por ciento en los tribunales superiores”, dijo en un comunicado la Human Rights Commission of Pakistan cuando se supo que iba a conformar el máximo tribunal de su país.
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Prueba de virginidad: ¿Qué es y qué consecuencias trae?
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La prueba de virginidad es una práctica vulgarmente conocida como prueba “de los dos dedos” que cuestionan organismos de derechos humanos y activistas feministas por ser vejatoria, abusiva y sin sustento científico.
Se trata de una práctica vulgarmente conocida como prueba “de los dos dedos” que cuestionan organismos de derechos humanos y activistas feministas.
Además de ser vejatoria e invasiva, el procedimiento muchas veces perjudica a la víctima ante la justicia que desacredita sus denuncias. Y las expone al estigma social que muchas veces les impide casarse.
En su fallo la jueza Malik resaltó el hecho de que esta prueba saca de foco respecto tanto de la violación como del acusado y que genera una sospecha injustificada sobre la mujer que había sufrido violencia sexual. También argumentaba que no tenían fundamento legal porque carecen de toda validez científica.