Jeanine Añez tiene, como presidenta provisional, dos misiones imprescindibles que por ahora no ha cumplido. Pacificar al país y, al mismo tiempo, fijar un cronograma electoral.
Jeanine Añez tiene, como presidenta provisional, dos misiones imprescindibles que por ahora no ha cumplido. Pacificar al país y, al mismo tiempo, fijar un cronograma electoral.
Su último anuncio sobre la normalización institucional fue incompleto. En la tarde del domingo anunció que “muy pronto” dará noticias sobre la convocatoria a elecciones.
El MAS (Movimiento al Socialismo), que controla el Congreso y responde a la figura de Evo Morales, convocó para este martes a una sesión especial: el objetivo también es llamar a elecciones. Los legisladores que responden a Áñez, Mesa o Camacho no van a participar de esa deliberación.
La presión internacional sobre la administración boliviana se mantiene en los dos puntos a resolver.
Michelle Bachelet, la titular de la oficina de la ONU que monitorea los derechos humanos, y la Unión Europea, advirtieron que mientras continúe la violencia en las calles, la pacificación es más difícil de alcanzar.
La CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) sostiene que, en un mes de convulsión social, ya son 23 los muertos en Bolivia.
También calificó como “grave” el decreto 4078 del gobierno, que exime de responsabilidad penal a los militares que intervienen en los hechos de control y eventual represión ante la violencia.
"El grave decreto desconoce los estándares internacionales de DD.HH. y por su estilo estimula la represión violenta", señaló el organismo.
Con ese marco, Ánez declaró:
Pero sin definir lo más importante: una fecha concreta para elegir al nuevo presidente de Bolivia.