Sin embargo, el martes por la noche anunció que suspendió el debate a pedido de un pequeño partido de extrema derecha (Partido Ecológico Nacional), que había solicitado revisar la medida en 2016. El motivo: en el PEN se dieron cuenta de que su acción podría liberar al ex mandatario.
Por qué lo embargaron. Por otro lado, la justicia paulista ordenó paralizar los bienes personales del ex presidente, los del instituto Lula y de la empresa L.I.L.S, encargada de la gestión de conferencias, para garantizar el pago de una deuda cercana a los 30 millones de reales (8,8 millones de dólares) con el Estado.