

"¿Qué pasa con las escuelas? ¿Cómo atraviesan los chicos el coronavirus? ¿Cómo los afecta?" Quien hace estas preguntas es Tomás Pueyo, un ingeniero español, graduado en la Universidad de Comillas en Madrid. Además, tiene un máster en administración de empresas en Stanford. Pero por sobre todas las cosas, lleva meses investigando y realizando aportes sobre la incidencia del COVID-19. Uno de sus artículos online, logró nada menos que 50 millones de visitas.
Ahora, propone que, la reapertura de las clases, tendría varios efectos positivos. Por supuesto, con los cuidados que impone la pandemia mientras persiste.
Pueyo dice los estudios demuestran que los chicos, en la enorme mayoría no se han contagiado. Y los que lo hicieron, fue de forma leve (son excepcionales lo casos mortales en el mundo).
Es por eso que sostiene que el cierre de las escuelas es una medida que no parece haber tenido un impacto significativo en la contención de la pandemia. De todas maneras, Pueyo advierte sobre los informes que hay de nuevos síntomas en algunos chicos
Para apoyar sus ideas, presenta un cuadro muy interesante con los casos de contagios entre grupos de personas según sus edades.
Allí se demuestra que la mayoría de los contagios se dan entre personas de las misma edad o similares, ya que es lo que predomina en el mundo de relaciones habituales.
Sin embargo, en el gráfico se ve claramente, que entre los niños, los contagios son prácticamente inexistentes.
Es por eso que sugiere que las escuelas debieran reabrir sus puertas, teniendo en cuenta otros beneficios colaterales:
"El martillo y la danza" uno de sus artículos que se convirtió en viral propones estos dos criterios ante la pandemia,
"El martillo", la etapa dura para testear, detectar, aislar y tratar a los casos de contagios o contactos. Con el objetivo de aplanar el pico de la pandemia.
Luego, "la danza"controlar la evolución según el riesgo,lo que implica movimientos de avances y retrocesos.
Es para esta etapa que, según él, resulta fundamental el regreso de los chicos a las aulas.
Pueyo propone una plan siguiendo ideas que publicó "The Economist"
Las universidades son diferentes a las escuelas. Hay mucho mayor contacto y eventos sociales a esa edad. Los estudiantes ocupan lugares más amplios con mayor riesgo de contagios. Además, los jóvenes también por su edad, corren mayor riesgo de infectarse. El estudio online está más a su alcance.
Pueyo concluye que por todas estas causas, en el caso de los niños, reabrir las escuelas debiera ser una prioridad. Siempre con los cuidados imprescindibles y comenzando con los de menor edad.