Desde este miércoles, Italia reabrió sus fronteras a los turistas europeos. Exactamente un mes después de la reanudación progresiva de la actividad económica.
Desde este miércoles, Italia reabrió sus fronteras a los turistas europeos. Exactamente un mes después de la reanudación progresiva de la actividad económica.
El dato imprescindible está en el calendario: con la llegada del verano, Italia intentará salvar su industria turística, un sector clave de su economía.
"El país vuelve a vivir", anunció el ministro para los Asuntos regionales, Francesco Boccia, para describir la noticia que permite alentar el turismo. Así, regresan los viajes entre las diferentes regiones, algo que se canceló cuando Lombardía paso a ser el epicentro de la pandemia en ese país.
Además, los aeropuertos de Roma, Nápoles y el de Milán fueron abiertos para los vuelos internacionales, entre ellos a Madrid, Barcelona y Nueva York.
Ya desde este lunes, el Coliseo de Roma o los Museos del Vaticano reciben de nuevo a los visitantes. Y en Venecia, las góndolas están listas para recibir a los turistas tras el previo y obligatorio "regateo" para combinar el valor del paseo.
Está autorizada la libre circulación entre las 20 regiones. Aunque se mantienen las prohibiciones de grandes congregaciones y la obligación de llevar barbijos en los lugares cerrados y en los transportes públicos.
"Italia está preparada para recibir extranjeros, con seguridad y con la máxima transparencia sobre las cifras", aseguró el canciller Luigi di Maio.
Otro dato de la "nueva normalidad": las personas que lleguen a Italia procedentes de Europa no tendrán que aislarse, a menos que hayan viajado recientemente de otro continente.
El turismo es una industria poderosa en Italia, representa el 13% del PBI. Con estas medidas, el gobierno intenta que sea el punto de partida para la recuperación económica tras la pandemia.
En otro paso más hacia el desconfinamiento, Alemania pondrá fin a las restricciones para los viajes turísticos en Europa el 15 de junio.
En lugar de prohibiciones llegarán las "recomendaciones" a los viajeros dependiendo del país de destino y cómo fue afectado por la pandemia de COVID-19.
Tres meses después de haber restringido la libertad de movimiento para frenar la pandemia de coronavirus, Austria ya no hará un control permanente de las fronteras. De todos modos, seguirá cerrada la que comparte con Italia.