Esquió, hizo culipatín, anduvo en cuatriciclo, cabalgó y fue a los boliches todas las noches. Leandro, desde muy chico, hace rehabilitación y terapias complementarias que le permiten vivir mejor.
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“Fui muy feliz”, confesó Leandro.
“Desde el primer grado, Leandro fue a todas las excursiones con sus compañeros de grado. ¿Cómo iba a perderse este viaje soñado y después de tanto sacrificio?”, confesó Sandra, su mamá.
Sus amigos, los pilares fundamentales para que Leandro cumpla su sueño
El deseo de Leandro en algún momento le generaron ciertos temores a su familia. Por ejemplo, de que sufra algún tipo de rechazo social o no logre adaptarse al ritmo de sus compañeros. Sin embargo, nada de eso sucedió. Sus amigos fueron esa herramienta imprescindible para que puede sentirse parte del grupo y disfrute de esta experiencia como uno más.
Y Leandro vivió con alegría cada una de las excursiones y disfrutó al máximo, como siempre lo imaginó.
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Leandro y sus amigos durante una clásica fogata en Bariloche.
Hay una escena que describió su madre que lo pinta a la perfección. “Cada vez que yo lo llamaba le veía la cara y me daba cuenta lo bien que la estaba pasando. Y cuando me mandaba las fotos, lloré tanto de emoción al verlo feliz. Fue muy feliz en ese viaje”.
Su primer viaje en avión
Leandro cumplió otra asignatura pendiente: por primera vez se subió a un avión. “Él es especial. Siempre está con una sonrisa, es un amigo increíble”, reconoció Máximo, uno de sus amigos.
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“Después de tanto luchar, este viaje fue un broche de oro”, reconoció su mamá.
Una de las actividades de todo el viaje que más recuerda Leandro fue la "noche de la fogata". En ese momento especial, se dijeron palabras muy emotivas que quedarán guardadas para siempre en su memoria.
“Fui muy feliz”, confesó Leandro. Su madre se mostró muy agradecida con todas las personas que le hicieron cumplir el sueño a su hijo. “Después de tanto luchar, este viaje fue un broche de oro”.