Apostados, esperando a Lindsay, pensaron ver a la rubia salir del hall y activaron los flashes. Pero esa rubia era nada más y nada menos que Debbie Harry, la recordada cantante de Blondie que supo hacer bailar a todos en los ochenta con su hit Maria, y todavía lo sigue haciendo.
Un día antes, Lindsay había salido a hacer unas compras vestida de forma muy similar a Blondie. Tapado negro, anteojos negros y rodete rubio platinado. Así quedó en el recuerdo de los fotógrafos que la esperaban y así salió Debbie al otro día.
Alcanzaron sí, a darse cuenta, solo cuando obtuvieron un primerísimo primer plano. Que ambas se hospedaran en el Mercer Hotel en el Soho y que Lohan se sometiera a una operación estética de dudosos resultados en su cara les jugó una mala pasada.
La rubia, la de 25, se estaba hospedando en Nueva York después de haber participado del show televisivo Saturday Night Live, que obtuvo pésimas críticas pero que estalló de rating al tratarse del regreso a la pantalla de la actriz después de un periodo de salidas, excesos y hasta condenas a prisión.