"Con mucho dolor me separé. Yo pasé por todos los estados con él. Al principio le hablé un montón, después lloré muchísimo. Él no me hacía caso. Me estaba borrando la sonrisa. Yo soy felicidad, soy luz y me metí en un lado que era todo oscuridad. José es una persona enferma, ojalá se pueda curar por el hijo que tiene, que fue muy bueno conmigo, lo quiero y lo respeto. Pero no me separo por esa enfermedad porque lo puedo ayudar como persona, amiga, compañera o pareja. Lo que no pude fue con las faltas de respeto", señaló.Sobre la adicción de Ottavis contó que él ha llegado a pasar cinco o seis días enteros sin dormir: "Llega el día que el cuerpo se le moría y desaparece para descansar. Fue el mismo día de los Martín Fierro, que lo estaba llamando para que lo despierten porque se dormía todo el día y no daba más. Todo lo que tiene (Ottavis) a su alrededor son compañeros de narices".