Pymes con éxito

La historia de la familia que lleva 4 generaciones en el rubro de la carne

Se trata del frigorífico HV (Hijos Vigna). Tienen dos plantas que le dan trabajo a 250 empleados. Exportan el 60% de lo que producen. Del reparto de menudencias a vender al mundo.
Darío D'Amore
por Darío D'Amore |
La historia de la familia que lleva 4 generaciones en el rubro de la carne
El frigorífico le da empleo a unas 250 personas.

El frigorífico le da empleo a unas 250 personas.

La familia lleva 70 años dedicados al negocio de la carne. Siete décadas al ritmo de un país repleto de oportunidades y desbordado por numerosas crisis. HV (Hijos Vigna), es un frigorífico con dos plantas, una en la provincia de Buenos Aires y otra en Bernasconi, un pequeño pueblo de La Pampa, que no llega a los 2.000 habitantes y que nunca había tenido una empresa en su territorio. Hoy 200 personas, el 10% de la población, trabaja en HV.

El frigorífico es manejado por los hermanos Vigna: Leo, de 53 años; Diego, de 50; y Georgina, de 48. Ellos forman parte de la tercera de las cuatro generaciones de los Vigna que vivieron y viven al ritmo de la carne.

"Mi abuelo, Vitale, empezó en los años 50 con una camioneta. Repartía menudencias, achuras. Iba a los frigoríficos chicos, compraba y entregaba en algunas carnicerías", relata Diego, uno de los dueños de HV, a A24com.

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El frigorífico por fuera, todo campo. Primera empresa de la historia en el pueblo de Bernasconi, La Pampa.

El frigorífico por fuera, todo campo. Primera empresa de la historia en el pueblo de Bernasconi, La Pampa.

La historia de una familia dedicada a la industria de la carne

-Vitale fue el primero, ¿quiénes siguieron el negocio?

-Cuando mi abuelo falleció, en los años 60, mi papá y mi tío heredaron ese reparto En los 70 se pusieron una carnicería en el barrio de Flores, en la ciudad de Buenos Aires, en Carabobo y Avenida del Trabajo, al lado del famoso cine Continental. En la década del 80 se convirtieron en los principales abastecedores de los restaurantes de la Argentina.

Allí compraron un frigorífico pequeño en Mataderos, ciclo 2, que significa que elabora y no faena. En los 90, mi viejo y mi tío se separaron. Allí empezamos a influir la tercera generación de los Vigna. Entramos Leo, Georgina y yo. Mi papá compró otro frigorífico, también ciclo 2 en Lomas de Mirador.

Lo hicimos todo nuevo y lo habilitamos para comercializar con la Unión Europea, para hacer cuota Hilton, para trabajar con los grandes mercados. Desde esa época estamos en Lomas de Mirador. En el 2017 dimos el salto a cuota 1, que es ciclo completo, faena, elaboración, congelado, todo. Esto último en la planta de Bernasconi. En total, podemos faenar 700 animales por día, tenemos una capacidad de almacenaje, enfriado y congelado de 300 toneladas y nuestra planta es de 35.000 metros cuadrado.

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Día de la inauguración del frigorífico en Bernasconi. Fue en 2017, con el entonces gobernador Verna. Los de la derecha, de espalda, en orden desde el centro son Leo, Diego y Jorge Vigna (papá de los que lo manejan hoy).

Día de la inauguración del frigorífico en Bernasconi. Fue en 2017, con el entonces gobernador Verna. Los de la derecha, de espalda, en orden desde el centro son Leo, Diego y Jorge Vigna (papá de los que lo manejan hoy).

Una pyme familiar que comercializa al mundo

-¿A cuántos países exportan?

-A varios. China es nuestro principal cliente, además, le vendemos a la Unión Europea y a otros doce países: Angola, Argelia, Aruba, Rusia, Curazao, Egipto, Perú, Suiza, Ucrania, Uruguay, Hong Kong y Albania. También podemos venderle a Brasil y Estados Unidos, aunque hace un tiempo no lo hacemos.

-¿Qué porcentaje de lo producido se vende en el mercado local y cuánto en el exterior?

-El 40% de nuestra producción se vende en el mercado local y el 60 por ciento en el exterior. Sin embargo, nunca nos olvidamos de aquellos que nos rodean. Tenemos nuestra pata solidaria. Brindamos productos a hogares de niños, a comederos ubicados en las zonas más vulnerables de la provincia de Buenos Aires y a refugios de adultos de la tercera edad. Además, durante la pandemia nos propusimos colaborar con alimentos y demás necesidades para ollas populares dadas en lugares aledaños a la empresa.

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Los hermanos Vigna (Leo, de 53 años, Diego, de 50 y Georgina, de 48).

Los hermanos Vigna (Leo, de 53 años, Diego, de 50 y Georgina, de 48).

-¿Cómo fue la idea de expandirse en la localidad de Bernasconi?

-Estaba dando vuelta la posibilidad de ampliarnos. Nos enteramos que se abría una licitación. El gobierno de La Pampa tenía un frigorífico montado pero no podía ponerlo en funcionamiento. Concursamos y terminamos ganando. Entiendo, por la oferta económica y por nuestro CV de empresa familiar dedicada al rubro.

Para nosotros fue un contrato muy importante: 400 millones de pesos a pagar en 10 años. Fuimos a La Pampa a trabajar y se están viendo los resultados. Uno de nosotros, siempre está en Bernasconi. El primer objetivo era emplear a 100 personas de la zona y ya duplicamos esa cantidad. Para nosotros es un orgullo ser la primera empresa de un pueblo repleto de campos y de buena de gente. Estamos orgullosos de contribuir al desarrollo social y económico de mucha gente.

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El frigorífico por dentro.

El frigorífico por dentro.

La función de cada hermano en la empresa

-¿Cómo se reparten las funciones de los hermanos?

-Leo y yo nos encargamos de la parte operativa y comercial. Georgina es la responsable de Recursos Humanos y del área administrativa. Hoy, entre las dos plantas, tenemos 250 empleados. Jorge, mi papá, disfruta de los nietos y, de vez en cuando, viene a la oficina. No puede con su genio. Es un laburante de alma, como todos nosotros en realidad. Nos inculcó la cultura del trabajo y del amor a la familia. Supimos pasar contratiempos comerciales y económicos delicados. Apoyándote en la familia siempre es más llevadero.

-¿Cómo afectó la pandemia el negocio de ustedes?

-Fue un golpe fuerte el primer semestre del año pasado. Como te dije, exportamos mucho a China. Ellos, como precursores del coronavirus, estuvieron cuatro meses cerrados, pero a partir de junio, julio del 2020 empezaron a demandar. Cuando el resto estaba en su peor momento, China empezó a consumir mucha carne.

Por lo cual tuvimos un segundo semestre de 2020 y un primer semestre de este año con niveles records. En el último año calendario, la facturación creció más del 300 por ciento. Aspiramos a seguir creciendo aunque el cierre de exportaciones fue un freno importante. Desde que compramos la planta de Bernasconi nuestra producción y facturación no paró de subir. Pasamos de casi 100 millones de pesos en 2017 a más de 2 mil millones de pesos registrados en el último balance.

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La otra pasión de los Vigna. Pasó de generación en generación: el amor por el club atlético San Lorenzo.

La otra pasión de los Vigna. Pasó de generación en generación: el amor por el club atlético San Lorenzo.

Las crisis económicas y sus impactos en la empresa familiar

-Argentina es el país de la carne, del campo y de las crisis. ¿Cuáles fueron las que más afectaron a HV?

-La última fue la de 2019. Ahora nos va bien, pero no todo fue de color rosa. En 2017, nosotros pedimos créditos muy importantes para poner en marcha y empezar a pagar el frigorífico de Bernasconi.

En los primeros tiempos de Macri la tasa era muy buena, del 12 por ciento. Sin embargo, por la inflación, en 2019, ese 12 por ciento se convirtió en un 70 por ciento y fueron momentos duros, con necesidad de refinanciar deudas. Otra crisis importante fue la de 2001: Tuvimos el frigorífico un año y medio cerrado.

La tercera que recuerdo es la del 2008, con la Resolución 125. Ese año tuvimos muchas complicaciones, teníamos contrato con Rusia que no pudimos cumplir. Tuvimos que reconvertir el frigorífico, que era todo exportador y pasamos a abastecer fábricas de chacinados.

Además de la carne, los Vigna tienen otra pasión, el deporte y, puntualmente, San Lorenzo. "Somos enfermos del Ciclón. Cuando tenía 11 años descendimos y fue el día más triste de mi vida", dice Diego, licenciado en Administración de Empresas.

"En casa podés cambiar de mujer, de religión, vestirte como quieras, pero nunca cambiar de club. Ir a la cancha a ver a San Lorenzo nos une. A veces vamos en tres o cuatro autos, todas las generaciones, obviamente. Con mi hijo, Santiago, también fuimos a Marruecos cuando jugamos el Mundial de Clubes", agrega uno de los dueños de HV.

-Nombraste a tu abuelo, a tu papá, a tus hermanos, ¿quiénes siguen con el negocio?

-El resumen histórico de los que nos dedicamos al frigorífico es: Vitale, mi abuelo, ya fallecido, Jorge, mi papá, de 77 años, Leo (53), Diego (50), Georgina (48) y mis sobrinos Agustín (24) y Juan Manuel (23, que es Licenciado en Comercio Exterior). Igual, ellos saben que van a tener que esperar para tomar el poder. Mis hermanos y yo tenemos mucho para dar.

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