Una prueba de ello es la cifra récord que dejó julio en cuanto a la venta "oficial" de la divisa norteamericana: cerca de cuatro millones de personas usaron el cupo de hasta u$s200 que permite mensualmente el Banco Central y en total se llevaron entre u$s700 y u$s750 millones, lo que da una idea de la fiebre dolarizada de los argentinos.
Pero las diferentes medidas que se fueron implementando para limitar la compra del billete verde, llevaron a que otras alternativas comienzan a aparecer en el radar de las personas como formas para proteger o incrementar su patrimonio.
En el caso del Fondo Común de Inversión se demanda una toma de riesgos que varían de conformidad al tipo de acuerdos que se apuntan. Mientras que en el caso del plazo fijo UVA se asegura estar al menos un punto por arriba de la inflación y es la opción que han tomado la mayoría de los ahorristas.
El plazo fijo precancelable UVA, en términos de tasa real positiva, se convirtió en una de las alternativas más sencillas y accesibles que se tiene para ganarle a la inflación, cita iProfesional al banco ICBC a iProfesional. Sin embargo, el furor desatado por los plazos fijos tuvo un parón en junio pasado debido a que se observó una desaceleración y aumentaron la cantidad de precancelaciones.
Por su parte, los FCI permiten invertir en el mercado de capitales y de manera diversificada (pueden ser acciones y bonos, entre otras alternativas) y sin necesitar tener conocimiento bursátil, ni dedicar tiempo en analizar los papeles por los que se apuesta.
Los expertos sugieren que antes de decantarse por una opción o la otra, el ahorrista debe tener en cuenta su perfil financiero. Aunque es mucho más factible que un Fondo Común de Inversión permita recuperar el dinero de 24 a 48 horas después de invertido, también acarrea otros riesgos. Mientras que con el plazo fijo UVA el ahorrista no verá su inversión crecer tan pronto pero le asegura que cuando la reciba le generará ganancias de, al menos, 1% por encima de la tasa inflacionaria y proteger su capital.