En qué consistía la estafa. Según pudo comprobarse durante la pesquisa, funcionarios y empleados de la DGCyE bonaerense desviaban de forma periódica fondos públicos a partir de falsas compras de combustibles para vehículos oficiales. De acuerdo a los voceros, además se constató que varias de las tarjetas correspondían a autos en desuso.
De cuánto dinero se habla. Las fuentes indicaron que los montos destinados del erario provincial a las tarjetas ascendían de forma semanal desde 250.000 a un millón de pesos.