El aberrante episodio ocurrió en la localidad cordobesa de La Carlota, mientras la víctima fatal terminaba de dar clases de zumba.
Eugenia Villarruel tenía 47 años.
Los vecinos de la provincia de Córdoba se vieron conmocionados esta semana luego de que una mujer de 47 años fuera asesinada por su padre en el gimnasio donde daba clases de zumba. El hombre, después del femicidio de su hija, se suicidó. Ahora, la Justicia busca descifrar la trama detrás del aberrante episodio.
La víctima fue identificada como Eugenia Villarruel (47), mientras que el agresor fue Teodoro Villarruel (75), quien mató a la mujer de al menos un disparo en el local donde ella trabajaba, en avenida San Martín al 400, de la localidad de La Carlota.
Aunque todavía no hay un móvil establecido, Daniel Miralles, fiscal de 4to turno de Río Cuarto, contó en declaraciones a la radio FM Más que hay un antecedente del 7 de julio del 2020, en plena pandemia. Según detalló, en aquel entonces María Eugenia denunció a su padre por una circunstancia similar en el mismo gimnasio. En esa oportunidad, la Justicia dispuso una perimetral por 180 días.
Además, existiría una denuncia realizada en 2022 por la madre de la víctima contra el agresor por violencia de género. La mujer fue internada en estado de shock tras enterarse de la muerte de su hija.
En este marco, también trascendió que existían diferencias familiares que se habrían profundizado en los últimos meses por cuestiones económicas. “Había mucho dinero y muchos negocios de por medio”, recalcó Miralles.
De acuerdo con el medio Puntal, Teodoro era un conocido prestamista en la ciudad y en el último tiempo la hija también habría incursionado en esa actividad, sumado a que la mujer, presuntamente, tenía una nueva pareja que no habría sido del agrado del homicida.
La noche del miércoles, alrededor de las 21:20 horas, la ciudad cordobesa de La Carlota se vio sacudida por un trágico suceso en el gimnasio "Acuario". Eugenia, instructora de zumba en el establecimiento, fue sorprendida por la presencia de su padre, Teodoro, tras finalizar su jornada laboral. Lo que parecía ser un encuentro familiar terminó en una escalofriante escena de violencia, cuando Teodoro acabó con la vida de su hija con al menos un disparo antes de quitarse él mismo la vida.
El fiscal a cargo del caso reveló que una testigo, al retirarse del lugar, presenció la entrada de Teodoro al gimnasio y, al llegar a la calle, escuchó las detonaciones que terminaron con la vida de Eugenia y su padre.
