Se suma al catálogo de Netflix la película de Pablo Rago y Campanella que no podés dejar de ver, un clásico animado con alma, fútbol y nostalgia.
Ni “El secreto de sus ojos” ni “Luna de Avellaneda”… esta es la película de Pablo Rago y Campanella que no podés dejar de ver en Netflix
Desde este 4 de junio, Netflix pone en pantalla la película de Pablo Rago y Campanella que no podés dejar de ver: Metegol, la primera cinta de animación dirigida por el aclamado Juan José Campanella. Un viaje nostálgico y vibrante por los valores del compañerismo, la pasión por el fútbol y la fuerza de la imaginación, todo con el sello inconfundible de un equipo creativo que dejó huella en el cine argentino.
Estrenada originalmente en 2013, Metegol se convirtió en la primera película animada en abrir el prestigioso Festival de Cine de San Sebastián. Fue también el ambicioso salto al cine de animación por parte del director de El secreto de sus ojos, ganador del Oscar. Campanella se unió nuevamente con Eduardo Sacheri, su habitual colaborador, para adaptar un cuento del querido Roberto Fontanarrosa: Memorias de un wing derecho.
La película mezcla ternura, humor y crítica social, con una historia que encantará tanto a chicos como adultos. Y lo hace con un reparto de voces inolvidable, en el que destaca Pablo Rago como Capi, el carismático capitán de los muñecos rayados del metegol, ahora convertidos en héroes de carne y hueso gracias a la magia del cine.
Todo comienza con Amadeo, un hombre sencillo que le narra cuentos nocturnos a su hijo Matías. En esos relatos evoca su niñez en un pueblo donde vivió su primer amor y su primera gran victoria: ganarle un partido de metegol al temido Ezequiel, un chico arrogante que juró venganza tras ser derrotado.
Años más tarde, Ezequiel regresa como “El Grosso”, un futbolista famoso que busca venganza. Compra el pueblo, planea destruir el bar donde fue humillado y secuestra a Laura, el amor de juventud de Amadeo. Lo que sigue es una épica lucha por la dignidad, donde los antiguos muñecos del metegol —liderados por Capi (Pablo Rago)— cobran vida para ayudar a su viejo dueño.
Uno de los grandes atractivos de Metegol es su reparto, que combina a íconos de la actuación y el humor argentino. Además de Pablo Rago, encontramos a Fabián Gianola como Beto, Horacio Fontova como Loco, Diego Ramos en el papel de “El Grosso” y Coco Sily como el mánager sin escrúpulos.
Lucía Maciel da vida a Laura, mientras que David Masajnik encarna al entrañable Amadeo. Las voces dotan de personalidad y emoción a cada personaje, humanizando incluso a los muñecos de plástico con giros cómicos y momentos de ternura inesperados.
Metegol no es solo una película para niños. Es un homenaje a la infancia, a las tardes en los bares de barrio, a los romances de juventud, a los partidos en potreros imaginarios. Campanella utiliza la animación para hablar de identidad, de comunidad y de resistencia frente a la opresión del poder económico, representado por el egocéntrico Grosso.
Como dice Amadeo en el film: “Así es el fútbol: puede pasar cualquier cosa”. Esa imprevisibilidad es la que mantiene al espectador pegado a la pantalla, disfrutando de una historia que, pese a sus elementos fantásticos, toca fibras muy reales.
La producción de Metegol fue un hito técnico para el cine argentino. Con una combinación de talento nacional e internacional, la animación 3D fue creada en estudios de Buenos Aires y Madrid, con un trabajo minucioso en modelado de personajes, texturas y diseño de escenarios.
La película no solo destaca por su estética cuidada, sino también por su ritmo narrativo ágil, sus escenas de acción impecables y un guion lleno de giros que mantienen la tensión hasta el final. Las secuencias de fútbol están coreografiadas con precisión, logrando transmitir el vértigo y la emoción del deporte.
El corazón de Metegol está en su mensaje. A lo largo del film, se exalta el trabajo en equipo, el coraje ante la adversidad y la importancia de creer, incluso cuando todo parece perdido. Matías, el hijo de Amadeo, aprende que los héroes no solo viven en las pantallas, sino también en los actos cotidianos de las personas comunes.
Y es que más allá del entretenimiento, la película de Pablo Rago y Campanella que no podés dejar de ver en Netflix deja una enseñanza profunda: el poder de la imaginación puede cambiar el mundo, siempre que haya pasión y convicción detrás.
En una época donde la oferta de contenidos es abrumadora, Netflix rescata esta joya del cine argentino para ponerla al alcance de nuevas generaciones. Su reestreno coincide con una búsqueda global por historias más humanas, entrañables y auténticas, que equilibren entretenimiento con profundidad emocional.
Metegol es una oportunidad para volver a conectarse con esa parte lúdica de la vida que a veces olvidamos. Y para descubrir que incluso los muñecos de un viejo metegol pueden tener más corazón que muchos humanos.
Además del carisma de Pablo Rago como Capi, el film se apoya en una constelación de talentos:
David Masajnik como Amadeo
Lucía Maciel como Laura
Diego Ramos como el villano Grosso
Coco Sily como el astuto mánager
Natalia Rosminati como el joven Matías
Cada uno aporta matices que enriquecen la historia y potencian su alcance emocional. Es un casting pensado para emocionar y divertir en igual medida.
A más de una década de su estreno, Metegol vuelve a conquistar audiencias. Lo hace desde una nueva pantalla, pero con la misma fuerza narrativa que la convirtió en un fenómeno cultural. Porque la película de Pablo Rago y Campanella que no podés dejar de ver en Netflix no es solo una historia sobre fútbol, sino una declaración de amor al cine, a la infancia y al poder de soñar en grande.