Este tipo de decisiones ya se han visto en otras plataformas digitales, que dejan de ser compatibles con dispositivos obsoletos debido a las exigencias tecnológicas actuales.
Modelos de televisores que perderán acceso a Netflix
Para saber si un televisor será afectado por esta restricción, los usuarios deberán verificar si pueden actualizar la aplicación a su versión más reciente. Entre los modelos que ya no serán compatibles se encuentran varias series de la línea Sony Bravia, como las KDL, XBR, W95 y X95.
Asimismo, otros Smart TV de Samsung y LG que llevan más de diez años en el mercado perderán el acceso, ya que no podrán actualizar la app o, en algunos casos, ni siquiera abrirla.
Las razones principales detrás de esta incompatibilidad son:
- Procesadores insuficientes, que no pueden manejar las nuevas funciones de la app.
- Falta de memoria RAM, lo que afecta el rendimiento y la fluidez de Netflix.
- Incompatibilidad con protocolos modernos de conexión, esenciales para la seguridad y estabilidad del servicio.
Opciones para seguir viendo Netflix
Si un televisor deja de ser compatible con Netflix, los usuarios todavía pueden acceder a la plataforma mediante soluciones alternativas. Algunas opciones incluyen:
- Comprar un reproductor multimedia como Amazon Fire TV Stick, Google Chromecast o Roku.
- Usar una consola de videojuegos compatible con Netflix, como PlayStation o Xbox.
- Conectar una computadora al televisor mediante HDMI y ver Netflix desde un navegador.
- Adquirir un Smart TV más moderno que cumpla con los requisitos técnicos de la plataforma.
Estas alternativas permiten seguir disfrutando del contenido de Netflix sin necesidad de cambiar el televisor, aunque implican una inversión adicional.
Cómo afecta esta decisión a los suscriptores
Para muchos usuarios, esta medida puede representar un problema significativo, ya que los obliga a comprar nuevos dispositivos o buscar métodos alternativos para seguir accediendo al servicio.
Además, esta situación reabre el debate sobre la obsolescencia programada, una práctica en la que los fabricantes y desarrolladores limitan artificialmente la vida útil de los dispositivos para incentivar la compra de nuevos modelos.