La propuesta del Banco Central apunta a facilitar un blanqueo de capitales cambiando los viejos billetes por los nuevos y enviando los dólares retenidos al tesoro norteamericano.
Con los días contados para los dólares con cara chica. (Foto: archivo)
Los dólares más antiguos, conocidos como “cara chica”, podrán ser cambiados durante este año para terminar de circular en la economía argentina. La oportunidad se da a través del blanqueo aprobado en el Paquete Fiscal, pero no está supeditado exclusivamente a quienes adhieran a él.
Cualquier ahorrista que quiera cambiar estos billetes viejos por los que se paga menos va a poder hacerlo. Claro que, si no están declarados, deberán incluirlos en el blanqueo que es gratuito hasta los USD 100.000.
Habrá tiempo hasta el 31 de diciembre de este año y la norma del Banco Central se publicó hoy pero tiene fecha de ayer. La Comunicación A 8079 crea es algo inédito, que los ahorristas puedan depositar sus dólares cara chica para, días o semanas más tarde, poder retirar billetes nuevos de las ediciones más recientes.
Estrictamente el BCRA abre la posibilidad de recibir depósitos de billetes dólares estadounidenses por parte de las entidades financieras en la autoridad monetaria, para su envío a los Estados Unidos. Hasta ahora, el BCRA les proveía dólares a los bancos, pero no tomaba dólares de ellos.
Este servicio de recibir dólares en depósito, hasta ahora, era prestado por bancos internacionales privados y tenía un costo.
Durante el período abierto por el BCRA, no va a tener costo para las entidades. El Central se va a encargar de la exportación de esos billetes a EEUU, la entrega a la Reserva Federal para su destrucción y la importación de nuevos billetes para su reemplazo.
La idea, en el marco del blanqueo, es atraer a todos los billetes que tienen los argentinos guardados. Y en particular los dólares “cara chica”, aunque también a billetes dañados y con otros problemas.
El problema con los dólares cara chica es de larga data. Se llama así en la jerga a los billetes de USD 100 emitidos antes de 1996 que tienen la cara de Benjamin Franklin más pequeña que en las versiones más recientes. Desde hace varios años, las cuevas pagan menos a los clientes que llegan con esas viejas ediciones del billete verde.
