DOLOR ABSOLUTO

Armas y manchas de sangre: el hallazgo de la Policía en la casa de María Maidana

La Justicia avanza en la causa por la muerte de María Maidana, con hallazgos clave y contradicciones que generan más preguntas que respuestas.

Armas y manchas de sangre: el hallazgo de la Policía en la casa de María Maidana

Armas y manchas de sangre: el hallazgo de la Policía en la casa de María Maidana

La muerte de María Maidana dejó al descubierto una trama oscura que involucra armas, mentiras y una investigación que no deja de sumar indicios inquietantes. La niña de cinco años fue encontrada muerta en Colonia Weitzel, Formosa, tras días de incertidumbre. Su madre y su padrastro están detenidos, acusados de homicidio calificado, y los elementos secuestrados durante un allanamiento podrían cambiar el rumbo del caso.

Durante un operativo en la vivienda donde la pequeña vivía con su madre, Rosalía Maidana, de 20 años, y su pareja, la policía secuestró una escopeta calibre 16, un revólver calibre 22 y sábanas con posibles manchas de sangre. Según confirmó la fiscal Natalia Tafetani, “estos elementos fueron enviados a laboratorio para ser analizados”. La fiscal también explicó que se abrió una causa paralela por tenencia ilegal de armas, ya que la pareja no presentó ninguna documentación que justifique la posesión.

Este procedimiento fue un punto de quiebre en la investigación, ya que los objetos hallados en el domicilio podrían vincular directamente a los detenidos con la muerte de la niña. Sin embargo, aún no hay una confirmación oficial del laboratorio forense.

Desaparición y contradicciones: el inicio de la sospecha

La denuncia por la desaparición de María no vino de sus padres, sino de su abuela materna, quien alertó a las autoridades luego de que la nena no asistiera al jardín de infantes. Cuando la Policía consultó a la madre, sus respuestas resultaron contradictorias y poco creíbles: primero afirmó que la menor estaba con una tía, luego aseguró que había caído al río Bermejo.

Estas inconsistencias levantaron sospechas inmediatas. La fiscalía consideró que los relatos eran intentos de encubrimiento, lo que derivó en la detención preventiva tanto de Rosalía como de su pareja, cuyos nombres no trascendieron públicamente para resguardar el proceso judicial.

El cuerpo de la niña fue hallado a más de mil metros de la casa familiar, enterrado dentro de una bolsa de arpillera. El estado del cadáver dificultó los análisis forenses, y por el momento no se pudo determinar ni la causa ni la fecha exacta de la muerte. “Tenemos un informe de los forenses pero no pudieron determinar aún la causa ni la data”, confirmó la fiscal Tafetani.

Este dato aumenta la incertidumbre sobre lo que ocurrió entre el momento de la desaparición y el hallazgo. El lugar del enterramiento también genera preguntas: ¿fue un intento de ocultar pruebas? ¿Actuaron solos? ¿Cuánto tiempo pasó entre el crimen y el entierro?

La Justicia solicitó informes socioambientales y está recopilando datos de centros de salud para entender el contexto familiar en el que vivía María. Las autoridades buscan saber si había antecedentes de violencia, abandono o negligencia, tanto en la madre como en su pareja.

Además, se dio intervención a dos juzgados: el Juzgado de Instrucción y Correccional Número 2, a cargo de Sergio Cañete, y el Juzgado Civil y Comercial del Trabajo y Menores de El Colorado, liderado por la jueza Paola Gómez. Ambos organismos están articulando el seguimiento del caso en diferentes frentes: penal, social y de protección infantil.

Rosalía y su pareja permanecen detenidos en las Unidades Penitenciarias Provinciales N.º 1 y N.º 2. En los próximos días, serán indagados por el delito de homicidio calificado, aunque también podrían sumar nuevas imputaciones si se comprueba la tenencia ilegal de armas o si surge evidencia de abandono o maltrato previo.

La causa está aún en fase inicial, pero cada nueva prueba refuerza las sospechas de un crimen cometido dentro del círculo íntimo de la víctima. La fiscalía está trabajando en reconstruir cronológicamente las últimas horas de vida de María, con base en testimonios, informes periciales y peritajes de la escena.

Colonia Weitzel es una pequeña localidad formoseña donde todos se conocen. El hallazgo del cuerpo generó una mezcla de dolor, indignación y sorpresa. “Jamás imaginamos algo así”, comentó un vecino que conocía a la familia. Desde la escuela a la que asistía la menor hasta los comercios cercanos, nadie había denunciado antes situaciones de riesgo o violencia en el entorno de la niña.

Este silencio social plantea otro interrogante que empieza a incomodar: ¿cómo pasó desapercibido tanto tiempo un posible caso de abuso o negligencia?

Los elementos secuestrados serán analizados en laboratorio en las próximas semanas. Si se confirma que las sábanas contenían sangre humana, y si las armas tienen rastros de haber sido disparadas recientemente, la causa podría avanzar hacia una acusación con pruebas materiales concretas.

Por otro lado, el Ministerio Público convocará nuevos testigos del entorno de la familia, incluyendo docentes, vecinos y personal de salud, para entender el contexto previo al crimen. La búsqueda de registros médicos también será clave: cualquier antecedente de lesiones o intervenciones médicas podría funcionar como indicio de situaciones anteriores no denunciadas.

La muerte de María Maidana no es solo un hecho policial, sino una tragedia que expone las fallas del sistema de protección infantil y la urgencia de reforzar los mecanismos de alerta. A medida que la causa avanza, las preguntas crecen: ¿quién falló primero? ¿Se pudo evitar? ¿Qué otras señales se pasaron por alto?

Lo que comenzó con una ausencia en el jardín se convirtió en una investigación que mantiene en vilo a toda una provincia.