Los "Dragon Slayers" saqueaban tiendas para distraer a las autoridades, mientras que David Su, miembro de entonces 18 años, empujaba a los agentes hacia las bombas, según la acusación.
La fiscalía los acusa en virtud de la ley antiterrorista, promulgada por la ciudad por primera vez en 2002 tras una serie de resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU adoptadas a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Nadie había sido acusado en base a esta ley hasta este caso.
Salvo una mujer incorporada al caso el año pasado, todos los acusados llevan más de 1.000 días tras las rejas.
Tras reprimir las protestas, Beijing impuso a mediados de 2020 una amplia ley de seguridad nacional para castigar los delitos de subversión, secesión, colusión y terrorismo.
A finales de 2023, más de 11.200 personas habían sido detenidas y casi 3.000 acusadas por su participación en las protestas de 2019.
El Gobierno de Hong Kong anunció el mes pasado su plan de crear otra ley de seguridad nacional para abarcar más delitos, incluidos los de traición y espionaje.