Mientras, el presidente Alberto Fernández sin agenda oficial, recluido en Olivos en un marco de total hermetismo. Varios gobernadores analizan el regreso a fase 1 en provincias donde se hicieron visibles varias protestas; fueron distritos en los que hasta ahora habían logrado contener la pandemia pero que en las últimas semanas recrudecieron los brotes.
El Gobierno analizaba la forma de contener el avance de la pandemia, pero sabiendo que tras más de 180 días de cuarentena que pocos cumplen, ya no depende de la decisión del Presidente, porque la grieta política se apoderó de los debates sobre la administración de la pandemia. Las protestas en cada provincia que anuncia la fase 1 recrudecen.
Por eso, el oficialismo lanzó en las últimas horas un intento de acercamiento a la oposición parlamentaria -en medio de los cruces por la polémica reforma judicial y las sesiones virtuales- y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa intentaba llegar a un acuerdo para consensuar una agenda con la oposición.
En el medio, uno de los diputados de Juntos por el Cambio, que justamente promovía las sesiones presenciales y las protestas contra el Gobierno, terminó dando positivo de COVID-19 y ahora analizan si aislar a todos los diputados y personal que asistieron el pasado miércoles al Congreso.
Hermetismo en Olivos y la Casa Rosada
Alberto suspendió repentinamente su viaje a la provincia de Mendoza previsto para este lunes. Fue ante la creciente curva de contagios que ponía a esa provincia, gobernada por el radicalismo en una situación extrema de ocupación de camas de terapia intensiva y aumento diario de contagios.
Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, San Luis, Tierra del Fuego, Río Negro, Catamarca y varios municipios del interior bonaerense, son algunos de los distritos que venían controlando la pandemia y que en las últimas semanas vieron como el virus comenzó a multiplicarse a una velocidad vertiginosa y peligrosa.
Ahora con la estrategia de la cuarentena focalizada, también analizaban sumarse a Jujuy para retroceder a la tan cuestionada cuarentena estricta.
El grieta también recrudecía en las últimas horas entre los gobiernos porteño y la nación y provincia de Buenos Aires que reclamaron al jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta que controle que se cumplan los protocolos en la reapertura de bares y restaurantes en la Ciudad, donde muchos mostraron desbordes y aglomeración de personas en el primer fin de semana de reapertura con mesas en las calles.
El gobierno bonaerense de Axel Kicillof salió con los tapones de punta contra el intendente rebelde de Tandil, amenazó con sacar a ese municipio del sistema de fases que administran con los decretos de necesidad y urgencia los gobiernos nacional y provincial y salieron a acusarlo de propagar "el separativismo" y violar las leyes.
Mientras analiza apretar el botón rojo para volver a la cuarentena estricta Alberto delega en los gobernadores e intendentes la decisión de regresar a la fase 1 en distritos donde la epidemia avanza son control y amenaza con desbordar el sistema de salud.