Gato Dumas y su hija Sihoban.jpg
El recuerdo de la hija del Gato Dumas: una vida que unió gastronomía y arte
Sería en Londres donde conocería poco tiempo después a Aase Lala Snee Nissen, con quien viajaría a Buenos Aires se casaría en 1962 y tendrían 4 hijos. Claro que por entonces la vida no era fácil. Según recordó Siobhan, quien recientemente editó su libro Sabores heredados, la vida por entonces no era fácil: “Vivíamos en lo que era la casa de mi bisabuelo... Gracias a mamá papá empezó a cocinar, porque un día le dijo a Carlos Dumas, mi abuelo, que no les pase más plata, que prefería vivir abajo de un árbol, porque en esa época vivíamos muy bien porque nos pagaban absolutamente todo, y Carlos así lo hizo”.
Así, sobrevino un tiempo donde la familia incluso llegó a vivir de fiado. Hasta que hipoteca de la casa mediante y junto a 3 amigos como socios, Dumas abrió La Chimere, frente al Cementerio de la Recoleta, un espacio que era toda una expresión artística.
Con el paso del tiempo, diferentes restaurantes fueron pasando, llegaría su incursión en la televisión lo que lo terminaría de consagrar como una figura absolutamente famosa, así como su hoy icónica escuela de cocina, indiscutible referencia en el arte culinario.
Internado en Pilar hace 20 años y a punto de darle el alta tras una afección pulmonar, Carlos Alberto Dumas se descompensó y nada se pudo hacer. Pero Siobhan guarda en su memoria la última conversación telefónica que mantuvo con su padre la noche anterior: “Me contó que habían ido como 20 médicos a verlo. ‘Esto no es una estupidez, me está preocupando’, y ahí me preguntó dentro de cuánto tiempo me recibía porque se ve que para él era importante, porque como no se había recibido, quería a la nena con el título. Le dije que en un año y se quedó callado, como pensando, y me dijo: ‘Bueno, chau, te quiero’, esas fueron las últimas palabras de papá, y no tiene precio”.