El dirigente social Juan Grabois mantuvo siempre una relación cercana y de larga data con el papa Francisco, que comenzó cuando Jorge Bergoglio aún era arzobispo de Buenos Aires. Grabois, referente de la economía popular y defensor de los movimientos sociales, encontró en el entonces cardenal un interlocutor comprometido con las causas de los excluidos, en particular con los cartoneros, vendedores ambulantes y trabajadores informales.