Más de 100 muertos en dos atentados en Irán (Foto: captura de TV).
Al menos 103 personas murieron este miércoles y más de 140 resultaron heridas por dos explosiones que sorprendieron a una multitud que marchaba al cementerio de la ciudad de Kerman, en Irán. Allí se encuentra la tumba del general Qassem Soleimani, asesinado hace 4 años por drones de los Estados Unidos enviados por el entonces presidente Donald Trump.
El gobierno iraní alentó la ceremonia de este día porque Soleimani era el líder de los "Guardianes de la Revolución", uno de los principales grupos militares que sostiene el régimen fundamentalista iraní.
Calificado por las autoridades como un "atentado terrorista", las dos explosiones se dieron cuando una multitud se dio cita a las puertas del cementerio en la que descansan los restos de Soleimani, declarado al momento de su muerte como un "mártir de la revolución islámica".
La agencia oficial Irna dijo que las primeras pesquisas permiten suponer que ambos aparatos explosivos fueron detonados a distancia o mediante un dispositivo de retardo. Para que los estallidos se produjeran en el momento de mayor concentración de personas.
Al mismo tiempo, la agencia Tasnim, asociada al mismo cuerpo de los Guardianes de la revolución, informó que los explosivos estaban disimulados en dos bolsas que estaban en el camino al cementerio.
Las detonaciones fueron escalonadas. La primera de ella se dio a unas 7 cuadras del cementerio y la segunda a un kilómetro del ingreso. También hubo numerosos heridos entre las personas que, desesperadas, intentaron huir del lugar ante el caos generalizado provocado por las dos bombas.
Hasta el momento, el gobierno iraní asegura que fue un ataque terrorista, pero no ha logrado indicar quién o quienes están detrás del atentado.
El general Qassem Soleimani era una de las personas más importantes en Irán. Comandante de los Guardias de la Revolución, era el militar de más rango en ese país. Tras la figura del Ayatollah, Ali Khamenei, el líder religioso y la persona más importante en Irán, Soleimani era de los más influyentes en su círculo cercano.
Por eso, su fallecimiento causó una conmoción en Irán, en 2020. El 3 de enero de ese año, la televisión iraquí anunció su muerte, ordenada por Donald Trump, entonces presidente de los Estados Unidos. Soleimani acababa de aterrizar en el aeropuerto de Bagdad, la capital de Irak. Los satélites norteamericanos lo seguían en todo momento y al abordar un auto, la comitiva en que se desplazaba fue atacada por drones con explosivos.
Soleimani murió en el camino paralelo a la pista cuando estaba por dejar el aeropuerto de Bagdad. Su asesinato despertó una ola de indignación en el gobierno de Irán contra Trump. Ali Khamenei, en las ceremonias de Estado realizadas para el funeral del jefe de los guardianes de la revolución juró una venganza contrea Trump y los Estados Unidos. Además, como homenaje al "mártir de la revolución islámica", Soleimani recibió "post mortem" el máximo rango militar.
Este doble atentado llega en un momento más que caliente de la guerra que desde Medio Oriente preocupa al mundo entero. Israel anunció que mató al líder de Hamas, Saleh al-Arouri, que estaba usando cuarteles de Hezbollah en El Líbano como base. Como consecuencia de ello, Hamas suspendió cualquier tipo de negociación con Israel por los rehenes cautivos desde el pasado 7 de octubre (hace ya casi tres meses).
Además, Hezbollah es un grupo aliado de Irán, ya que ambos son chiítas en el mundo musulmán, de mayoría sunnita. Por el asesinato de Al-Arouri, Irán acababa de anunciar que está dispuesto a colaborar en cualquier represalia que tomara tanto Hezbollah como El Líbano.
