El hallazgo conmocionó a toda la comunidad de General Roca, que hasta ese momento mantenía la esperanza de encontrar con vida al joven desaparecido. Las autoridades provinciales desplegaron un operativo inmediato, que incluyó personal policial, peritos forenses y la intervención directa del Ministerio Público Fiscal.
El detalle que activó la alarma: un cuerpo en las bardas
El 24 de abril, pasadas las 16:00 horas, una vecina dio el aviso. Desde lo alto de una elevación, alcanzó a ver lo que parecía ser un cuerpo humano entre la maleza y las formaciones rocosas de las bardas. A esa altura, en la zona norte de General Roca, el terreno es abrupto y poco transitado, lo que dificultó las tareas de rescate e identificación.
Apenas confirmado el hallazgo, se inició un operativo en el que trabajaron agentes de la Policía de Río Negro, personal de Criminalística y representantes del Ministerio Público Fiscal. Las primeras imágenes y descripciones del lugar mostraron que el cadáver presentaba signos de descomposición avanzada, con un rostro que, según fuentes del caso, era "irreconocible".
La familia lo había buscado sin descanso
Julián Tomás Dobra de la Canal estaba desaparecido desde hacía más de dos semanas. Sus allegados habían difundido su imagen por redes sociales, en medios locales y ante organismos oficiales. La ausencia de pistas concretas mantuvo la incertidumbre hasta que su propio padre, quebrado emocionalmente, confirmó lo que todos temían.
Si bien el Ministerio Público Fiscal aún no informó oficialmente las causas de la muerte, el testimonio del padre sugiere la hipótesis de un crimen: “Asesinaron a mi hijo”, afirmó con una contundencia que no deja lugar a dudas sobre el dolor y la desesperación de la familia.
Un segundo caso golpea al país: otro hallazgo trágico en San Luis
La provincia de San Luis también fue escenario de una noticia desgarradora. El cuerpo de Federico Verazzi, de 34 años, fue encontrado sin vida en una zona montañosa cercana a la localidad de Papagayos, luego de haber estado desaparecido durante 15 días.
Verazzi había salido de su casa en el barrio Bancario de Godoy Cruz, Mendoza, el 14 de abril. Vestía ropa negra y se movilizaba en una bicicleta negra con detalles amarillos. No se supo nada de él durante más de dos semanas, hasta que su cuerpo fue hallado en los cerros puntanos, tras un extenso rastrillaje que involucró a cuerpos de rescate y familiares.
Desapariciones sin respuesta, un patrón que se repite
Ambos casos, con trágicos finales y separados por cientos de kilómetros, revelan un patrón alarmante: jóvenes desaparecen sin dejar rastro y aparecen muertos días después, en lugares de difícil acceso, con escasa o nula información sobre qué sucedió durante ese tiempo.
En el caso de Dobra de la Canal, la geografía agreste de las bardas roquenses parece haber sido aprovechada para ocultar el cuerpo. Lo mismo ocurre con el terreno montañoso de Papagayos, un sitio que no se recorre habitualmente. En ambas situaciones, las familias vivieron días de angustia, sostenidos únicamente por la esperanza de encontrarlos con vida.
La espera de justicia y respuestas claras
En General Roca, la comunidad exige una respuesta por parte de la justicia. Hasta el momento, el Ministerio Público Fiscal ha guardado silencio sobre la causa del fallecimiento de Julián Tomás Dobra de la Canal, aunque se espera un informe forense en los próximos días que pueda esclarecer si se trató de un homicidio, como afirma el padre, o si hubo otros factores en juego.
Mientras tanto, en San Luis, también se aguarda el resultado de las pericias para conocer qué le ocurrió realmente a Federico Verazzi durante los días que estuvo desaparecido.
El impacto emocional en las familias
“No hay peor pena ni dolor”, escribió el padre de Julián. La frase refleja una realidad que muchos atraviesan cuando enfrentan la desaparición y muerte violenta de un ser querido. El duelo no empieza cuando se pierde el rastro, sino cuando se confirma la tragedia.
En redes sociales, amigos y vecinos de ambas víctimas compartieron mensajes de dolor, impotencia y exigencias de justicia. Algunos incluso organizaron reuniones para pedir que no se repitan más estos hechos y que se actúe con mayor rapidez ante las denuncias de desaparición.
El rol del Estado en casos como estos
Tanto en Río Negro como en San Luis, los operativos de búsqueda se iniciaron varios días después de la denuncia. Los familiares coinciden en señalar que los primeros días son clave, y muchas veces no se activa un protocolo efectivo hasta que la desaparición se torna mediática.
Esto abre un interrogante sobre la capacidad de respuesta de las fuerzas de seguridad y los sistemas judiciales ante desapariciones. ¿Qué recursos se destinan a las búsquedas? ¿Cuánto tiempo se tarda en actuar? ¿Qué ocurre cuando la persona desaparecida no tiene visibilidad en medios o redes?
Un país que llora en silencio
Cada caso como el de Julián y Federico deja una marca profunda en la sociedad. Son vidas jóvenes, truncadas sin explicación aparente. Familias rotas, comunidades consternadas y una justicia que, muchas veces, llega tarde o no llega.
El cuerpo encontrado en Río Negro no solo cierra una historia personal devastadora, sino que también reabre un debate urgente: el de las desapariciones en Argentina y el tratamiento que reciben por parte del sistema.