Cómo lo superó. “Ahora me va muy bien. Suelo hablar con un terapeuta, hablo con mi esposa. Me comunico y eso es algo muy importante para mí. Ahora sé cuando estoy entrando en etapas de aislamiento, y eso es algo que me da miedo. Tengo la mejor esposa del mundo. Es mi todo y me ayuda día a día. Definitivamente no sería quien soy hoy sin ella. Me ha ayudado mucho”.
Qué desea hacer. Phelps se desempeña como vocero de una empresa especializada en terapia online y quiere ayudar a personas que estén pasando por situaciones depresivas: “Me gustaría marcar la diferencia. Me gustaría salvar una vida si puedo. Para mí eso es mucho más importante que ganar una medalla de oro. Mi trabajo ahora es muy apasionante. Es difícil, es un desafío, pero me divierte. Es lo que me motiva a levantarme todas las mañanas. Poder tener eso, aprender más, tratar de ayudar a alguien, o estar con mi hijo en la pileta, lo que sea. Trato de hacer lo que pueda para ayudar a alguien e intentar cambiar el mundo”.