Nico, un niño de 10 años que durante el recorrido por su barrio comienza un viaje inesperado hacia su madurez, enfrenta la separación de sus padres y busca a su perra perdida, en un camino lleno de peligros y marginalidad.
"La película es un poco parte de mi historia de niño pero también de mi historia actual, alrededor del barrio. Filmamos la película en el barrio donde vivimos y como la película se hizo en pandemia, el diseño de producción tenía como meta que trabajemos ahí para descentralizar un poco la producción y también era la idea como productora: salir y trabajar en la periferia, en este caso La Plata. Nace de la necesidad de contar una historia que esté cerca nuestro, que nos identifique y que pueda llegar al público y que se identifiquen todos", explicó Gamaler en un encuentro con la prensa en la sede de Directores Argentinos Cinematográficos, del barrio porteño de Villa Crespo.
Condron, que interpreta a la madre de Nico, contó sobre el proceso de reclutamiento actoral: "El niño fue el personaje más difícil de encontrar, hicimos un casting en una escuela de teatro para niños en City Bell y ninguno daba con el perfil que Martín buscaba, con muchas características. La mamá de Enio, que es directora de arte y vive en el barrio, me mandó un mensaje y cuando vi la foto de Enio supe que iba a ser el protagonista. Pero el papá es director de cine, entonces ellos tenían muchas cosas... porque al conocer el medio, no querían que le destruyamos al niño".
"De chico ya había trabajado en las en las películas de su padre, Ramiro García Bogliano, y yo lo había visto en una escena, pero tiene conocimiento de lo que es el detrás de cámara del cine, entonces eso fue fácil. Los padres me ayudaron mucho en las reuniones: sabían cómo se trabaja, qué era lo que yo quería. Enio tenía la misma edad que el personaje y le pasaban las mismas cosas, empezamos a charlar sobre las similitudes que él tenía con el personaje y la verdad que la frescura y espontaneidad de los niños a mí me encanta, si bien es difícil trabajarlo", agregó Gamaler.
El director, también productor del largometraje, sostuvo: "No lo escribí pensando en las mismas situaciones mías; cuando empezamos a tener las charlas con Enio, le pasaban las mismas cosas, me contaba anécdotas del colegio, la relación con su mascota, Tomamos cosas de eso para el personaje, cosas de sus amigos... fue una simbiosis también verlo a él, verme a mí y el personaje, y un poco estaba la idea de que el niño se guarda todo, es una esponja de todos los conflictos que tienen los padres y la sociedad, pero no puede expresarlo a veces porque no tiene los canales o las herramientas necesarias para hacerlo".
"La historia es muy visceral, entonces salía mucho de mí en la historia original, pero Encinas también pasaba por una separación, por el alejamiento de sus hijos y cosas personales que pudimos ponerlas en el guion, que son más que nada viscerales. Después se fueron transformando, le dimos estructuras, temas y devoluciones", concluyó.