El origen evolutivo de mover las manos al hablar
La doctora Gillian Forester, psicóloga evolutiva y del desarrollo de la Universidad de Londres, explica que los seres humanos somos criaturas altamente gestuales. Este rasgo tiene un origen que se remonta a cientos de millones de años.
Según Forester, los gestos con las manos están relacionados con los primeros vertebrados y el uso de las manos para alimentarse. En tiempos primitivos, cuando los seres humanos tomaban comida con sus manos, la boca automáticamente se preparaba para recibirla, un proceso que requería una sincronización precisa entre ambos.
De hecho, las áreas del cerebro que controlan el movimiento de las manos y la boca están muy interconectadas, lo que explica por qué hoy en día movemos las manos mientras hablamos.
Esta conexión cerebral ha evolucionado de manera que, al usar nuestras manos en una conversación, no solo estamos comunicando, sino también organizando nuestras ideas de manera más efectiva. Los gestos acompañan nuestras palabras y permiten que el cerebro procese la información de forma más fluida.
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Según la psicología: por qué movemos las manos mientras hablamos.
Cuáles son los significados de los gestos con las manos
- Unir las puntas de los dedos: Este gesto, conocido como "la torre", transmite confianza y seguridad. Sin embargo, dependiendo del contexto, también puede ser percibido como un signo de arrogancia, especialmente si la persona lo utiliza en exceso o en situaciones inapropiadas.
- Palmas de las manos abiertas: Mostrar las palmas abiertas es un gesto de honestidad y transparencia. Indica que la persona no tiene nada que ocultar y está dispuesta a ser abierta y directa. Es un signo de franqueza que genera confianza en los demás.
- Cerrar el puño: Este gesto puede reflejar que la persona está escondiendo algo o que se siente nerviosa o enojada. A menudo, quienes cierran los puños mientras hablan están tratando de controlar sus emociones o mantener la compostura ante una situación de estrés.
- Entrelazar los dedos: Entrelazar las manos suele ser un signo de inseguridad o una actitud negativa. Este gesto denota que la persona se siente incómoda o está tratando de protegerse emocionalmente, buscando una forma de refugio frente a la conversación.
- Agarrarse las manos: Este es un gesto típico de personas que experimentan nerviosismo o vergüenza. Suele aparecer en situaciones de alta presión, y es una forma de autoprotección que indica miedo a la exposición o al juicio de los demás.
El poder del lenguaje corporal
La psicología del lenguaje corporal enfatiza que nuestro cuerpo habla tanto como nuestras palabras, y los gestos con las manos son una parte crucial de esa comunicación no verbal. Los gestos complementan y refuerzan el mensaje, aportando un componente emocional que las palabras solas no pueden transmitir. En muchas ocasiones, las personas recuerdan mejor lo que decimos no por el contenido exacto, sino por cómo lo decimos y cómo nos movemos al hacerlo.
Mover las manos al hablar es una señal de compromiso emocional con el tema que estamos tratando. No solo sirve para organizar nuestras ideas, sino también para transmitir confianza, abrirnos hacia el otro y generar una conexión más fuerte con nuestro interlocutor. Los gestos pueden proyectar seguridad, honestidad, nerviosismo o incluso poder, dependiendo de cómo los utilicemos.