Después de una noche agitada en La Bombonera, donde Boca recién logró el pase a cuartos de final por penales ante Lanús, el domingo trajo algo de alivio. Con el triunfo consumado y el boleto asegurado, el Xeneize pasó la jornada atento al televisor hasta que se confirmó el rival: será Independiente, en una nueva edición del clásico que pondrá a prueba el temple del equipo en plena transición.