Bronca xeneize

Boca clasificó pero la hinchada explotó contra Riquelme y la dirigencia: así reaccionó Román

Tras un empate sin goles en los octavos de final, Boca eliminó a Lanús por penales. Sin embargo, la noticia pasó por el clima hostil en La Bombonera, donde por primera vez se insultó a Riquelme y la dirigencia.

Boca clasificó pero la hinchada explotó contra Riquelme y la dirigencia: así reaccionó Román (Foto: archivo)

Boca clasificó pero la hinchada explotó contra Riquelme y la dirigencia: así reaccionó Román (Foto: archivo)

Boca Juniors eliminó a Lanús por penales y llegó a los cuartos de final del Torneo Apertura de la Liga Profesional, pero más allá del resultado, lo que marcó la jornada fue el conflicto abierto entre la hinchada y la conducción del club, con fuertes críticas hacia Juan Román Riquelme y la comisión directiva.

El equipo dirigido por Mariano Herrón volvió a mostrar una versión pobre y sin ideas, lo que encendió la mecha de un público que, hasta ahora, se mantenía expectante. Por primera vez desde el regreso de Riquelme como dirigente, La Bombonera hizo sentir su disconformidad de forma abierta y ruidosa.

Silbidos, insultos y bronca contra Riquelme

El clima se tornó tenso incluso antes del arranque. Durante la formación del equipo, Marcos Rojo, Tomás Belmonte y Alan Velasco fueron silbados por el público, una señal clara del malestar general.

Al finalizar los 90 minutos, los cánticos comenzaron a subir de tono. Desde las tribunas se escuchó “La comisión, la comisión se va a la p...”, seguido de “Que se vayan todos”, en un grito masivo que retumbó en todo el estadio.

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Uno de los momentos más tensos se dio cuando la barra brava xeneize intentó tapar los insultos y luego increpó a plateístas que los entonaban. La situación escaló brevemente, pero los cánticos continuaron y expusieron la fractura dentro del propio estadio.

Minutos antes de la definición por penales, la transmisión oficial enfocó el palco donde se encontraba Juan Román Riquelme. El presidente del club fue captado con el rostro serio y sin emitir declaraciones, en una imagen que resume el desconcierto institucional.

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