Boca aún tiene posibilidades de clasificar al próximo Mundial de Clubes y, en ese contexto, Riquelme analiza un plan para el futuro.
La reforma de la Bombonera es un proyecto que Boca tiene pendiente desde la primera presidencia de Alberto José Armando desde 1954, cuando se discutían dos opciones para ampliar la capacidad del estadio: comprar los terrenos de las dos medias manzanas de del Valle Iberlucea o construir un nuevo recinto con 100.000 localidades en la Costanera Sur, donde años después el club tuvo su ciudad deportiva.
Catorce presidentes después, el Club de la Ribera parece haber encontrado la solución a través de un máster plan impulsado por Juan Román Riquelme. Este plan deja de lado las propuestas de Bombonera 360 y Esloveno Plus. La remodelación proyectada busca aumentar la capacidad del estadio a entre 80,000 y 92,000 espectadores, una cifra ambiciosa pero mencionada en las oficinas del club.
El proyecto consiste en ganar espacio en la vía del tren que corre paralela a la calle Coronel Tomás Espora, lo que permitiría ampliar la zona de los palcos y construir dos nuevas bandejas. También se contempla la construcción de una cuarta tribuna.
El proyecto podría volverse viable más pronto de lo esperado si Boca logra clasificar al Mundial de Clubes de la FIFA en 2025, ya que la clasificación otorgaría 50 millones de dólares a cada participante. Este dinero provendría del acuerdo de exclusividad de transmisión que FIFA está negociando con Apple, donde la FIFA espera obtener 4 mil millones de dólares, aunque Apple ha ofrecido mil millones hasta ahora. Además, habrá bonos adicionales por partidos ganados, empates e instancias superadas, con montos similares a los de la Champions League.
Si Boca logra clasificar, los fondos recibidos se destinarían inmediatamente a iniciar las obras de remodelación y cubrir otros gastos necesarios, como la mudanza temporal del equipo al Estadio Único de La Plata para los partidos de local mientras duren las obras.
