Paradójicamente, la misma jornada que lo encontró elogiando a los clubes sudamericanos lo enfrentó a una dura derrota contra uno de ellos. PSG cayó por 1-0 ante Botafogo en un resultado que sorprendió al planeta fútbol y que cortó una racha de más de 13 años sin triunfos sudamericanos sobre equipos europeos en los 90 minutos en un torneo FIFA. El revés contrastó con una declaración suya previa al certamen que volvió a tomar fuerza tras el encuentro.
En una entrevista con el sitio oficial de la FIFA, Luis Enrique había declarado que “los favoritos, en principio, creo que serán principalmente los europeos”, en referencia al peso de los planteles y al contexto competitivo que poseen. Y agregó: “No tengo ninguna duda de que si los jugadores sudamericanos estuvieran en Brasil, Argentina o Uruguay, tendrían más posibilidades. Pero es evidente que los europeos jugamos con ventaja porque tenemos lo mejor de Europa, pero también lo mejor de América, África, Asia…”.
Esa reflexión, aunque respaldada por la lógica de los mercados y la globalización del fútbol, se le volvió en contra tras el batacazo brasileño. Botafogo expuso las limitaciones del PSG y evidenció que, en el terreno de juego, la historia y la pasión todavía pueden inclinar la balanza. Tal vez por eso, su guiño a Boca y River cobra todavía más sentido.
Luis Enrique no tiene definido su próximo destino profesional, pero al menos dejó en claro que, si algún día se presenta la oportunidad, no le cerrará las puertas a América del Sur. Un mensaje que seguramente no pasará desapercibido en los pasillos del Monumental y la Bombonera.