Suspenso, secretos y giros inesperados en Netflix: la serie corta española con José Coronado y Mario Casas ideal para maratonear con sus ocho capítulos.
Netflix: José Coronado y Mario Casas arrasan con esta miniserie española de 8 episodios.
La serie española con José Coronado y Mario Casas perfecta para maratonear este fin de semana largo no es nueva, pero logró algo que muchas no consiguen: convertirse en un éxito silencioso que explotó gracias al boca a boca y a los algoritmos de recomendación de Netflix.
Lo que parecía una miniserie más, se convirtió en una obsesión global gracias a su intriga sostenida, actuaciones sólidas y una dirección que no da respiro.
Se trata de El inocente, una producción española protagonizada por Mario Casas y José Coronado, que mezcla el suspenso más puro con una carga dramática intensa. Con solo ocho episodios, esta ficción logra lo que muchas otras no: mantener al espectador en vilo, atrapado en una maraña de misterios, hasta el desenlace final.
La historia comienza con un hecho trágico. Mateo Vidal Rivera, interpretado por Mario Casas, es un joven común cuya vida da un giro inesperado tras verse involucrado en una pelea que termina con una muerte accidental. Ese hecho lo cambia para siempre y lo obliga a comenzar de cero con un pasado que lo sigue a cada paso.
Años después, cuando finalmente parece haber encontrado algo de estabilidad junto a Olivia Costa, su pareja, todo vuelve a desmoronarse. Una llamada misteriosa desde el teléfono de Olivia enciende la chispa de un nuevo drama: secretos, identidades ocultas y la sombra persistente de lo que se quiso olvidar.
La narrativa no se conforma con una línea recta. Cada capítulo ofrece una nueva mirada, un nuevo ángulo desde el que observar la historia, haciendo que el espectador dude de todo y de todos. Es un rompecabezas que se arma y desarma, con cada pieza revelando una verdad que pone en jaque la anterior.
Detrás de la cámara está Oriol Paulo, director español con experiencia en el thriller psicológico (Contratiempo, Durante la tormenta), quien imprime a la serie un ritmo vertiginoso y un estilo visual cuidado al detalle. La elección de planos cerrados, la música inquietante y el montaje fragmentado refuerzan la sensación de claustrofobia emocional que atraviesa a los personajes.
No se trata solo de una historia de crimen: El inocente es también una reflexión sobre la culpa, el perdón y las segundas oportunidades. La tensión narrativa se sostiene no solo con hechos, sino con silencios, miradas, detalles que hablan más que las palabras.
Con solo ocho capítulos de una hora, El inocente es ideal para ver en un fin de semana. Su estructura de thriller episódico, con revelaciones progresivas y cliffhangers en cada cierre, invita a seguir mirando sin pausas. No hay baches. No hay relleno. Cada minuto cuenta.
Además, su carácter de miniserie garantiza que la historia tiene un cierre contundente. No hay que esperar temporadas futuras ni temer por finales abiertos. Todo está contenido en un solo paquete que combina intensidad, emoción y un guion que no subestima al espectador.
Para quienes disfrutan de ficciones inteligentes, bien construidas y emocionalmente intensas, esta es una opción segura. Y para quienes buscan simplemente un plan entretenido de fin de semana, también.
