A la hora de analizar la medida, Maria Castiglioni, directora de C&T Asesores Económicos, explicó a este medio que la propuesta oficial "luce un esfuerzo del Estado totalmente equivocado". Y amplió: "El país no tiene un problema de oferta productiva. De hecho, tiene una producción primaria de granos, oleaginosas, carnes para alimentar no sólo a la población argentina sino al resto del mundo. También tiene muchas empresas que producen alimentos".
En este sentido, sostuvo que es una idea que no tiene asidero, ya que "el problema de la inflación se resuelve a nivel macroeconómico". En este orden, amplió "no es un problema particular de una empresa sino un problema general" por el exceso de pesos en la economía y su consecuente depreciación.
¿Una empresa nacional para combatir la inflación?
En coincidencia, Sebastián Menescaldi, director asociado de la consultora EcoGo, consideró en que el punto de conflicto no son las empresas alimenticias porque hay una producción descentralizada. "No creo que sea una propuesta que permita solucionar la inflación en los precios de los alimentos. El problema pasa por otro lado, que es la cuestión del equilibrio macroeconómico, las expectativas, las formas de financiar al gobierno, los precios internacionales, el tipo de cambio", indicó en diálogo con A24.com.
Asimismo, Daniel Marx, economista y exdirector del Banco Central, hizo hincapié en la estabilización de la economía como factor determinante para bajar de la inflación. En este orden, afirmó que "las subas en alimentos fueron fuertes pero están lejos de ser las únicas. Me parece que no están atacando la situación inflacionaria de una manera eficiente".
Por su parte, el director de Economías Regionales de CAME, Pablo Vernengo evaluó la iniciativa con buenos ojos siempre y cuando "la búsqueda del precio de referencia apunte a generar un precio justo en favor de los quinteros". Contó que hay mucha triangulación y presión tributaria, por lo que a los productores debería asegurárseles una renta fija.