Los comentarios en las plataformas digitales son variados: desde la defensa de Barby, quien sostiene que no ha hecho nada indebido, hasta voces críticas que argumentan que es inapropiado modificar la apariencia de una niña tan pequeña. Esta situación ha abierto un debate más amplio sobre la presión social y las expectativas en torno a la imagen de los hijos de figuras públicas.
Barby Franco ha respondido a las críticas afirmando que su intención nunca fue alterar la apariencia de su hija, y que las diferencias en el color del cabello pueden atribuirse a factores naturales como la iluminación y la fotografía. Sin embargo, muchos seguidores continúan expresando su descontento.
Este incidente puso de relieve el delicado equilibrio que enfrentan las celebridades en la crianza de sus hijos, especialmente en un mundo donde cada detalle es objeto de escrutinio en redes sociales y cómo estas decisiones pueden afectar a los más pequeños.