La decisión se tomó porque Córdoba viene mostrando una mejora en sus cuentas públicas, incluso en años complicados para la economía. Moody’s valoró "especialmente el control del gasto y la disciplina en el manejo del presupuesto", sostienen en la provincia.
Según la calificadora, la provincia va a necesitar buscar financiamiento para poder cumplir con los pagos de deuda en los próximos años, pero aún así podrá seguir invirtiendo en obra pública, como viene prometiendo el gobierno.
El gobernador Martín Llaryora y su ministro de Economía, Guillermo Acosta, siguen de cerca el acuerdo del país con el FMI. Esperan que, si ese panorama se aclara, puedan salir a buscar fondos en el mercado internacional para sostener el ritmo de obras.
La situación financiera de la provincia
En 2024, Córdoba gastó menos de lo previsto y cuidó sus cuentas. Hubo un aumento de ingresos propios y una reducción en el gasto de capital. Eso ayudó a cerrar el año con un superávit y una mejora en todos los indicadores clave.
Moody’s también destacó que Córdoba tiene una economía variada, buenos antecedentes financieros y gasta menos en sueldos públicos que otras provincias. Aun así, la deuda en dólares y la situación económica del país siguen siendo puntos débiles.
"Para seguir mejorando, la provincia debería bajar su nivel de deuda en moneda extranjera. Pero si cayeran los ingresos propios o las cuentas se desordenaran, podría haber una baja en la calificación", advirtió la consultora.
Los números fiscales muestran que Córdoba tuvo un margen operativo del 18,3% y un superávit del 4,8%. Además, los ingresos propios crecieron fuerte y la carga por intereses se mantuvo estable, gracias a una reestructuración de la deuda.
A fines de 2024, la deuda provincial fue de más de $2 billones, con el 86% en dólares o monedas extranjeras. Aunque sigue siendo alta, ese porcentaje bajó respecto al año anterior. La mayoría de la deuda está en bonos emitidos en el país y afuera.
El presupuesto 2025 proyecta un equilibrio entre ingresos y gastos, con un pequeño superávit. La coparticipación representa casi la mitad de lo que entra a la caja y los ingresos brutos, otro 30%. Un tercio del gasto va a sueldos y casi un 20%, a obras.
El informe advierte que Córdoba enfrenta pagos importantes de deuda desde 2023, por una reestructuración previa. Para cumplir, necesitará acceder a nuevos préstamos o mercados financieros, aunque mantiene una buena posición de liquidez.
Los bonos emitidos por la provincia están respaldados por recursos como la coparticipación o los ingresos corrientes, lo que da una mayor garantía a los inversores, según resaltó Moody’s.