El día del secuestro
El día que fue secuestrado, la madre de Paul Getty III pidió ayuda al patriarca John Paul Getty, de 80 años en ese momento. La banda que lo capturó pedía 17 millones de dólares. Pero Gail Harris se sorprendió cuando se encontró con la respuesta negativa de su suegro de pagar el rescate. ¿Sus motivos? Desembolsar el dinero, significaba que sus otros 14 nietos correrían la misma suerte que John Paul III. El empresario tenía entonces una fortuna de 2000 millones de dólares.
De inmediato, la opinión pública no tardó en calificarlo de “avaro”. Pero los secuestradores lejos estuvieron de rendirse. Y fueron por más. Hasta empezaron a jugar a la ruleta rusa contra su cabeza. El trato con sus secuestradores era cada día peor.
Enviaron un sobre con la oreja de su nieto
Un sobre con la oreja del adolescente llegó a la redacción del diario romano Il Messaggero. El objetivo inmediato era presionar a la familia Getty a que se decidieran pagar el rescate. La familia -principalmente Getty abuelo- debía actuar ya mismo. Por eso, el sobre también contenía un mechón del pelo pelirrojo del joven. Además, los secuestradores siguieron presionando con una fotografía del rehén sin oreja.
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Jean Paul Getty III en diciembre de 1973, después de ser liberado, con la cicatriz de la oreja cortada por sus captores.
Al final, el abuelo negoció reducir el rescate a tres millones de dólares. Sin embargo, ahí no termina la historia. Su pago venía acompañado de un pequeño detalle y una inmensa trampa para su nieto: 800.000 dólares de esa suma tendría que devolvérselos con un interés del 4% anual. Así de cruel es la historia. Finalmente, John Paul Getty III fue liberado el 15 de diciembre de 1973, tras haber pasado en cautiverio su cumpleaños número 17.
Los diarios publicaron entonces que su nieto trató de todas las formas posibles de dar las gracias a su abuelo por teléfono, pero que el abuelo se negó a responder la llamada. Apenas un año después de su liberación, John Paul Getty III, de 18 años, se casó con su novia alemana, Gisela Martine Zacher, de 24.
El abuelo le cortó el acceso a la fortuna familiar
Con grandes muestras de enojo, el abuelo le cortó el acceso a la fortuna familiar. Los años siguientes, John Paul Getty III los vivió en Los Ángeles, donde trató de reconstruir y armar su vida. Pero nada le fue sencillo: terminó en el oscuro mundo del consumo de drogas y alcohol.
John Paul Getty III, nieto del magnate del petróleo John Paul Getty, llevaba el apellido del hombre más rico del mundo. Pero también su padre lo desheredó a los 24 años porque decía que los hijos de los ricos no deberían recibir dinero si tienen edad para valerse por sí mismos.
Después de toda la odisea que le tocó vivir, en 1981, un ataque cerebral lo dejó paralizado y casi ciego. Su abuelo había muerto y su padre, heredero de la fortuna familiar, se negó a asumir los gastos médicos. Fue necesario que la madre entablará una batalla legal para que asumiera los gastos. En 1992, John Paul Getty III regresó a vivir con su madre. Los últimos años de su vida los pasó en una residencia propiedad de su padre, en el sur de Inglaterra y murió en 2011.
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Hasta se llegó a pensar que todo formaba parte de una estrategia del adolescente para sacarle dinero fácil a su abuelo. Nada de eso ocurrió.
El gesto con su nieto que lo marcó para siempre
“Los secuestradores sabían dónde encontrar el dinero mejor que la Agencia Tributaria”, dijeron las crónicas entonces. Él mismo magnate del petróleo reconoció: “No aceptes consejos de nadie; solo dinero. Da consejos a cualquiera, pero nunca dinero”.
En un momento se pensó que todo formaba parte de una estrategia del adolescente para sacarle dinero fácil a su abuelo. La teoría se dejó a un lado cuando llegó el sobre a la redacción del periódico romano Il Messaggero con una oreja amputada del secuestrado y un mensaje de los secuestradores.
Los investigadores confirmaron que la mutilación fue obra de profesionales. Incluso el propio adolescente se encargó de declarar que siempre recordaría el sonido de cómo fue ese corte. "Como una hoja de papel al romperse”.
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John Paul Getty III después de ser liberado luego de estar cinco meses secuestrado.
Cuando el adolescente fue liberado el 15 de diciembre, lo encontraron caminando sin rumbo en una ruta del sur. Su madre le insistió para que llamara a su abuelo para agradecerle el pago del rescate. Pero el abuelo Getty jamás demostró interés en hablar con su nieto. Por el hecho, la policía detuvo a nueve personas, entre ellas varios jefes de la mafia calabresa.
En 1976, murió su abuelo a los 84 años. Dejó alrededor de 4000 millones de dólares y más de 200 empresas entre hoteles, financieras y cafeterías. También dejó el legado de ser uno de los hombres más poderosos y también de los más avaros del mundo. El gesto con su nieto lo definiría para siempre.