En las últimas semanas, la mítica casa comenzó a mostrar señales de transformación. Se cambiaron baldosas en la vereda, se realizaron tareas de limpieza y se modificaron algunos elementos de la fachada. En ese marco, los vecinos notaron un detalle particular: ramas gruesas y retorcidas, similares a las de una parra, aparecieron cortadas cerca del frente de la propiedad.
Para quienes conocen la historia, no se trata de una poda más. La parra de Barreda se convirtió, con los años, en un símbolo del horror. Fue mencionada en decenas de crónicas, libros y documentales como el objeto que introdujo —de forma casi metafórica— el inicio de la tragedia.