El cadáver presentaba una bufanda en el cuello, la cual se presume habría sido utilizada como arma homicida. A simple vista, no se hallaron otras lesiones externas, y se aguarda el resultado de la autopsia para confirmar los detalles del fallecimiento.
Curiosamente, la vivienda no había sido saqueada. Los electrodomésticos, muebles y otros objetos de valor estaban intactos. El único elemento que parecía haber desaparecido era el celular de la víctima, lo que refuerza la sospecha de que se trató de un robo selectivo o con la intención de borrar pruebas.
Alberto Julio Fernández no era un vecino más. Director del Museo Histórico Municipal “José Altube”, su rostro y su palabra eran parte habitual de actividades culturales, presentaciones de libros y charlas educativas. Su conocimiento sobre la historia de José C. Paz lo convirtió en una figura central de la identidad local.
Su compromiso trascendía el ámbito académico. Fue dos veces presidente y dos veces vicepresidente de la Federación de Entidades de Estudios Históricos de la Provincia de Buenos Aires, y su pasión por rescatar el pasado local lo llevó a fundar, junto a otras figuras, la Universidad Nacional de José C. Paz.
También tuvo una intensa vida espiritual y social: fue sacerdote, teólogo y docente, siempre vinculado al bienestar comunitario y al fortalecimiento del tejido social del distrito.
Uno de los elementos más inquietantes del caso es el hermético silencio que envolvió el crimen. Ninguno de los vecinos consultados por los investigadores aseguró haber oído gritos, golpes o cualquier ruido sospechoso durante la madrugada, cuando se presume que ocurrió el asesinato.
El entorno del barrio Storni es tranquilo y de fuerte cohesión comunitaria, lo que agrava el desconcierto generalizado. La falta de testigos directos o cámaras de seguridad en el lugar complica el avance de la investigación, que ahora se centra en reconstruir las últimas horas del historiador.
La noticia de su muerte generó una ola de mensajes de condolencias y homenajes, tanto en redes sociales como en el ámbito institucional.
Mario Ishii, intendente de José C. Paz, fue uno de los primeros en expresarse públicamente. A través de su cuenta oficial, escribió:
“Profundo dolor por el fallecimiento de Alberto Julio Fernández, un gran historiador de José C. Paz. Su compromiso con nuestra historia dejó una huella profunda. Mi acompañamiento a su familia y seres queridos”.
Desde el Municipio de José C. Paz, se difundió además un comunicado titulado “Que en paz descanse”, en el que se repasaron los aportes del historiador a la vida cultural del distrito.
“Alberto Julio Fernández, con gran vocación de servicio y compromiso con el desarrollo de nuestra comunidad, durante varios años se desempeñó como director del Museo Histórico ‘José Altube’ del distrito”, señala el texto.
El comunicado también rescata sus orígenes:
“Nació y creció en José C. Paz, su amado pueblo al que consideraba su ‘lugar en el mundo’ y, por eso, dedicó incontables horas a desenterrar el pasado y la historia de esta localidad, transformando sus hallazgos en libros, artículos, conferencias y charlas en escuelas y clubes”.
La historia de Fernández con la historiografía local comenzó casi por accidente. En 1997, fue invitado por el investigador Mario Segura Salas a revisar un manuscrito. Aquella colaboración fue el punto de partida para una carrera enfocada en reconstruir el patrimonio cultural de José C. Paz.
A partir de ese primer artículo, su camino como historiador se expandió con fuerza. Se convirtió en referente obligado para conocer el desarrollo urbano, las transformaciones sociales y los momentos fundacionales del distrito. Su voz estaba presente en cada acto conmemorativo, en cada rincón donde la identidad local se celebraba.
Fue también un puente generacional: durante años recorrió escuelas, clubes de barrio y centros culturales dando charlas, talleres y clases abiertas. Su objetivo era claro: hacer que cada vecino pudiera conocer y valorar la historia de su comunidad.
Uno de los puntos clave en la causa es la desaparición del teléfono celular de Fernández, que podría contener mensajes recientes, llamadas o incluso pistas de contactos sospechosos.
La Policía analiza registros de comunicaciones y cámaras públicas de las inmediaciones, mientras se aguardan los resultados del peritaje técnico. No se descarta ninguna hipótesis: desde un intento de robo planificado, hasta un crimen motivado por razones personales o ideológicas.