En los primeros días de investigación, Alexander Johnson y su esposa admitieron que tuvieron un encuentro sexual con Ivana la noche de su muerte, pero aseguraron que estaban durmiendo cuando la joven cayó al vacío.
La versión oficial de aquel entonces, respaldada por el primer informe policial, apuntaba a que la muerte había sido un accidente, provocado por una caída bajo los efectos de drogas y alcohol. La autopsia inicial detectó cocaína, alcohol y PMMA (una sustancia de tipo anfetamínico) en la sangre de la joven.
Sin embargo, la familia Smit nunca aceptó esa explicación. Para ellos, había demasiados interrogantes:
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¿Por qué nadie escuchó el impacto inmediato de la caída?
¿Por qué el cuerpo apareció en el balcón del sexto piso y no en la planta baja?
¿Por qué la Policía cerró el caso sin agotar todas las pruebas forenses?
Con el paso del tiempo, comenzaron a conocerse serias irregularidades en la forma en que la Policía de Kuala Lumpur llevó adelante la investigación.
La jueza Roz Mawar Rozain, quien hoy ordenó la reapertura del caso, enumeró los errores más significativos:
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No se recolectaron pruebas de ADN del cuerpo de la modelo de manera inmediata.
Se detectó ADN de Johnson bajo las uñas de Ivana, pero no se avanzó en la línea de investigación sobre posible forcejeo.
Testigos y sospechosos fueron entrevistados sin protocolos claros, lo que comprometió la validez de sus declaraciones.
La preservación de la escena del crimen fue deficiente, lo que dificultó reconstruir con precisión la caída.
“Hubo fallas en la preservación de pruebas, manejo inadecuado de testigos y sospechosos, y negligencia forense. La secuencia de hechos refleja una ruptura fundamental en los procedimientos de investigación”, afirmó la magistrada Rozain.
Estas falencias fueron la base del reclamo de Christina Verstappen, quien durante años denunció públicamente el manejo irregular del caso, señalando que su hija podría haber sido víctima de un homicidio encubierto.
Desde 2017, Christina Verstappen emprendió una batalla judicial y mediática para que la muerte de su hija no quedara impune.
Viajó en múltiples ocasiones a Malasia, contrató abogados y forenses privados y reunió documentos y testimonios que, según su versión, demostraban inconsistencias graves en la investigación.
Su insistencia finalmente dio resultado: la Justicia malasia ordenó reabrir el caso. Además, se determinó que la familia de Ivana será indemnizada con 265 mil dólares por la negligencia de las autoridades durante la investigación original.
“Mi hija merecía justicia desde el primer día. No puedo traerla de regreso, pero al menos quiero la verdad”, expresó la madre en declaraciones a la prensa neerlandesa.
Uno de los puntos más controvertidos sigue siendo el resultado toxicológico.
El informe inicial detalló la presencia de cocaína, alcohol y PMMA en sangre, una combinación que podría generar pérdida de equilibrio o desorientación. Sin embargo, los peritos independientes contratados por la familia sostienen que esas sustancias no explican por sí solas la caída desde el piso 20.
Algunos especialistas sugieren que Ivana pudo haber estado inconsciente antes de caer, mientras que otros no descartan la hipótesis de que alguien la empujara o que su cuerpo fuera trasladado.
Aunque nunca fueron formalmente imputados, Johnson y su esposa Luna permanecen en el centro de las sospechas públicas.
Su estilo de vida, vinculado a fiestas privadas, consumo de drogas y un entorno de lujo, fue ampliamente difundido por la prensa local en 2017. La reapertura del caso podría derivar en nuevos interrogatorios o incluso cargos si se comprueba que hubo participación de terceros en la caída de Ivana.
Por ahora, el matrimonio insiste en su inocencia y sostiene que la tragedia fue un accidente.
La muerte de Ivana Smit se convirtió en un caso emblemático sobre los riesgos de las investigaciones deficientes en contextos de poder económico y mediático.
Con la reapertura del expediente, la familia espera que finalmente se esclarezca lo ocurrido aquella noche en Kuala Lumpur. Mientras tanto, el mundo vuelve a mirar el misterioso final de una joven promesa de la moda, atrapada en una trama de sexo, drogas y negligencia policial.