Qué dijo la niñera de Paloma sobre la relación entre los adolescentes asesinados y qué versión desmintió en televisión. A casi cinco meses del brutal hallazgo en Florencio Varela, nuevos detalles podrían dar un giro inesperado en la causa.
La clave que podría destrabar el caso: qué dijo la niñera de Paloma en televisión sobre el crimen que sacudió a Florencio Varela.
Qué dijo la niñera de Paloma sobre la relación entre los adolescentes asesinados y qué versión desmintió en televisión. A casi cinco meses del brutal hallazgo en Florencio Varela, nuevos detalles podrían dar un giro inesperado en la causa.
Casi cinco meses pasaron desde aquel 30 de enero en que los cuerpos sin vida de Josué Salvatierra y Paloma Gallardo aparecieron en un descampado de Florencio Varela. El doble crimen conmocionó a la comunidad y, desde entonces, no hubo avances contundentes en la investigación. Sin embargo, en las últimas horas una nueva voz rompió el silencio: Margarita, la niñera de Paloma, habló en televisión y expuso detalles hasta ahora desconocidos sobre el vínculo entre los adolescentes y las versiones que involucran a su familia.
La mujer, conocida en el barrio por su cercanía con la familia Gallardo, participó de una entrevista en vivo en el canal A24, donde brindó su testimonio y se refirió a los rumores que, según ella, no solo dañan su imagen sino también la memoria de los jóvenes fallecidos. “Me duele que digan cosas que no son. Si hablan de mi familia, tienen que tener pruebas”, afirmó con firmeza.
Desde el primer momento, los investigadores y el entorno de los jóvenes intentaron reconstruir cómo era la relación entre Paloma y Josué. Margarita fue contundente al respecto: “Nunca los vi de la mano. Solo iban y venían juntos del colegio”, relató durante la entrevista. Según su testimonio, no existía entre ellos una relación amorosa como se insinuó en varias oportunidades, sino una amistad o, a lo sumo, un compañerismo escolar.
La mujer, que se definió como “la segunda madre de Paloma”, también aclaró que Josué no frecuentaba su casa como visitante habitual. “Solo pasaba por la vereda y me saludaba. Nada más. Yo soy vecina de Paloma”, explicó para despejar cualquier duda sobre la cercanía entre el joven y su entorno familiar.
En un tramo de la entrevista, Margarita recordó cómo empezó a notar la rutina compartida de los adolescentes. “Desde mediados del año pasado lo veía esperar bajo el árbol frente a casa. Paloma salía y se iban juntos al colegio. Nada raro”, comentó. Su relato descarta, al menos desde su perspectiva, la existencia de una relación sentimental oculta o secreta.
La versión también busca desmentir los rumores que circularon entre vecinos y medios, donde se especuló con la idea de un vínculo amoroso que pudo haber generado conflictos, celos o motivaciones ocultas. “Yo conviví con Paloma, la crié desde que era muy chiquita. Si hubiera algo más, lo sabría”, dijo la mujer con énfasis.
Durante la conversación televisiva, Margarita aprovechó para referirse a su relación con Alicia, la madre de Paloma. Dijo sentirse “íntima amiga” de ella, y que estuvo presente durante los momentos más difíciles tras la tragedia. También intentó, sin éxito, acercarse a la familia de Josué para expresar sus condolencias.
“Quise darles el pésame, pero cuando fui no estaban”, relató. La falta de ese contacto generó cierta tensión entre ambos círculos familiares, en especial porque desde el entorno de Josué surgieron críticas hacia declaraciones atribuidas a la hija de Margarita.
Uno de los puntos más polémicos del caso se relaciona con la presunta declaración de Estefanía, hija de Margarita, de 28 años. Según versiones que circularon en redes y algunos portales, la joven habría visto a Paloma y Josué juntos en una estación de trenes poco antes del crimen. Esa información fue considerada sospechosa por parte de los familiares de Josué, quienes apuntaron contra el entorno de Paloma como posible fuente de datos relevantes que no se habrían compartido con la Justicia.
Sin embargo, Margarita fue tajante: “Nada que ver. Nunca declaró. Dicen cosas de mi familia que no me gustan”. La mujer insistió en que su hija nunca tuvo contacto directo con los adolescentes ese día ni tampoco información relevante para la causa. En ese sentido, lamentó que la difusión de versiones infundadas pusiera en entredicho a su familia: “No pueden hablar por hablar”, advirtió.
El caso sigue sin avances concretos. Hasta el momento, no se confirmó cuál fue el móvil del crimen. Las hipótesis que baraja la investigación incluyen desde un posible intento de robo hasta un ataque de connotación sexual, pero ninguna línea ha sido confirmada por la fiscalía que lleva adelante el expediente.
La aparición de los cuerpos en un descampado alimentó múltiples teorías. Las pericias forenses revelaron signos de violencia, pero aún se espera el resultado de análisis complementarios que podrían aportar claridad. Mientras tanto, las familias exigen justicia y respuestas. El silencio institucional, combinado con la viralización de versiones sin confirmar, mantiene al caso envuelto en un halo de misterio.
La participación de Margarita en televisión abrió un nuevo capítulo en la cobertura del crimen. Si bien su intención, según expresó, fue “aclarar los tantos”, sus palabras también generaron repercusiones. En redes sociales, muchos usuarios destacaron su valentía al hablar. Otros, en cambio, cuestionaron que detalles del caso se discutan en televisión mientras la investigación judicial sigue abierta.
Este tipo de apariciones mediáticas no son nuevas en casos de alto impacto. Sin embargo, plantean un dilema: ¿cuánto ayuda la exposición pública a esclarecer los hechos? ¿Y cuánto alimenta el morbo y la confusión en torno a una tragedia que ya golpeó con fuerza a dos familias y una comunidad entera?
Florencio Varela no es el mismo desde aquel día. Vecinos que conocían a los chicos siguen conmocionados y piden justicia. Las escuelas a las que asistían organizaron homenajes. Murales, carteles y flores recuerdan a Josué y Paloma. También lo hace Margarita, que entre lágrimas dijo: “Para mí, Paloma era como mi hija. Me parte el alma no tenerla más”.
El testimonio de la niñera no resuelve el caso, pero suma una pieza más al rompecabezas. Una pieza que, con el tiempo, puede ser clave para comprender qué pasó realmente. Mientras tanto, el tiempo corre, las preguntas se acumulan y el silencio oficial se vuelve cada vez más incómodo.