Este fenómeno ha generado controversia, ya que algunos presos incluso ofrecen 'cursos' sobre vocabulario carcelario a través de plataformas como TikTok. Mientras tanto, el vocero Manuel Adorni anunció que los delincuentes detenidos no podrán ser beneficiarios de planes sociales, una medida que busca unificar la política penitenciaria a nivel nacional.
Entre barrotes y muros de concreto, estos reclusos graban, editan y suben videos que generan revuelo social, desde simples rutinas diarias hasta provocadoras transmisiones en vivo.
¿Cómo acceden a celulares los presos?
A pesar de que el ingreso de celulares a los penales está estrictamente prohibido, los dispositivos siguen apareciendo dentro de las celdas. Fuentes penitenciarias explican que hay fallas en los controles de ingreso, complicidad de algunos agentes y también “métodos creativos” usados por las visitas o incluso por drones que dejan paquetes sobre los techos.
Una vez dentro, los teléfonos son escondidos con extrema destreza. Algunos internos tienen verdaderos “mini estudios” de grabación improvisados, donde editan sus videos, añaden filtros, subtítulos y música, como cualquier creador de contenido profesional.
Además, al no estar sometidos a la presión de algoritmos que premian la inmediatez, muchos encuentran el tiempo y la calma para generar piezas más elaboradas. Irónicamente, desde una celda pueden volverse más productivos que afuera.
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