También se observó una disminución en el control inhibitorio, lo que sugiere una alteración en el equilibrio entre el deseo y la capacidad de ponerle un freno. Esta desregulación puede generar un círculo vicioso: cuanto más se repite la conducta, más difícil se vuelve controlarla, lo que incrementa la angustia y lleva a repetir el patrón.
Además, varios estudios demostraron que este trastorno puede afectar la memoria de trabajo, la toma de decisiones y el manejo emocional. En algunos casos, esto se traduce en aislamiento social, deterioro de relaciones afectivas y problemas laborales o académicos.
¿Cómo detectar los síntomas de "adicción" al sexo?
-
Dificultad para controlar el comportamiento sexual o el uso de pornografía: intentos fallidos de reducir o detener la conducta pese a querer hacerlo. (Esto no se refiere a la cantidad o frecuencia, sino a la incapacidad de controlar la conducta aun cuando se desea hacerlo y aunque cause problemas en la vida diaria, según explican estudios científicos que utilizan herramientas como el Sexual Addiction Screening Test (SAST) y el Hypersexual Behavior Inventory (HBI)).
Dedicar mucho tiempo a fantasías, conductas sexuales o consumo de pornografía: pensamientos y actos relacionados que ocupan gran parte del día e interfieren con otras áreas de la vida.
Persistencia del comportamiento a pesar de consecuencias negativas: continuar con la actividad sexual o consumo problemático aunque afecte relaciones, trabajo o salud.
Uso del sexo o la pornografía como mecanismo para aliviar emociones negativas: recurrir a estas conductas para manejar estrés, ansiedad o malestar emocional.
Sentimientos de culpa, remordimiento o vergüenza tras la conducta: experimentar malestar emocional después de la actividad sexual o consumo.
Otros aspectos a tener en cuenta, según profesionales, son la necesidad de aumentar la variedad, frecuencia o intensidad para alcanzar el mismo nivel de excitación o alivio.
También es común la tendencia a ocultar las conductas sexuales o las fantasías a personas cercanas, llevando una doble vida. Se puede observar la búsqueda de encuentros o prácticas sexuales en lugares poco habituales o con personas fuera del círculo habitual.
En algunos casos, las personas se involucran en conductas sexuales que implican riesgos legales o para la salud, y pueden experimentar conflictos internos entre su conducta sexual y sus valores morales o espirituales.
Finalmente, es común que quienes atraviesan esta problemática sientan desesperanza, aislamiento o incluso pensamientos suicidas relacionados con su comportamiento sexual.
¿Cómo se puede tratar la adicción al sexo o a la pornografía?
sexo-adiccion-tratamiemto
-
Terapia psicológica: especialmente terapia cognitivo-conductual (TCC), que ayuda a identificar y modificar pensamientos y comportamientos que mantienen la adicción, además de enseñar técnicas para controlar impulsos y manejar emociones.
Apoyo emocional y grupos de ayuda: participar en grupos como Adictos Sexuales Anónimos (ASA) y Sexo Adictos Anónimos (SAA), que siguen el programa de 12 pasos, puede ser fundamental para compartir experiencias y fortalecer el compromiso con la recuperación. Estos grupos cuentan con reuniones presenciales y virtuales en distintas ciudades argentinas.
Medicamentos: en algunos casos, siempre bajo aval y supervisión de un profesional de la salud, se prescriben fármacos para tratar síntomas asociados como ansiedad, depresión o trastornos obsesivo-compulsivos que pueden contribuir a la adicción.
Cambios en el estilo de vida y establecimiento de límites: aprender a controlar el acceso a estímulos sexuales o pornográficos, fomentar actividades alternativas saludables y mejorar la comunicación en las relaciones personales.