Allí detalló que todo se inició con la restauración de muebles y el reciclaje de objetos, para luego dar paso a la remodelación de casas como una forma de terapia tras vivir una depresión.
“Cuando ya no tenía más que hacer en mi casa, empecé en lo de una amiga y así gracias al boca en boca se convirtió en un emprendimiento”. Agregó, “dejé mis trabajos como periodista y me puse a hacer esto como una forma de vida”.
Respecto a la explosión en las redes de su pedido para que le den una casa para ofrecer las clases gratuitas, en una remodelación completa, resumió que “en los últimos años fui sumando a mi trabajo a otras mujeres para que aprendieran el oficio”.
Si bien cuenta con la colaboración de hombres, principalmente, “fui ayudado a las mujeres que viven en cierto grado de vulnerabilidad o que tenían hijos y no tenían la posibilidad de tener un trabajo formal”. “Me ayuda mucho ayudar a otras personas”, dijo.
Mientras, aconsejó a sacarse la idea de que las remodelaciones son caras. “La realidad es que tenes formas de hacerlo con poco presupuesto, pero también, con una fortuna. Va a depender del tipo de materiales, la calidad y el estilo. De las cosas que se puedan reutilizar y cuáles no”.