La víctima, identificada como Lindaci Viegas Batista de Carvalho, residía en Río de Janeiro. Según allegados, ella había recibido amenazas a través de las redes sociales, aparentemente provenientes de la expareja de su actual esposo.
"Tenemos pruebas de sus amenazas, incluyendo una fotografía en la que sostiene una pistola con un mensaje amenazador para mi hermana. Además de los mensajes en el teléfono móvil de mi cuñado, en los que decía que no pararía hasta que Lindaci estuviera muerta. Recibió mensajes en los que se expresaba que querían su cabeza, que se ahogaría con su propia sangre", declaró la hermana de la víctima a los medios.
En los testimonios proporcionados a las autoridades, el esposo de la víctima negó haber enviado los chocolates y afirmó que su respuesta afirmativa fue solo una broma. También se interrogó al empleado de reparto que entregó el paquete, quien explicó que se lo había entregado un joven con instrucciones de llevarlo a la peluquería.
Las autoridades ahora buscan determinar si esa persona que envió el paquete es el hijo de la principal sospechosa y si esta última utilizó la estrategia de involucrarlo para evitar que pudiera ser procesado debido a su edad.
La Policía de Río de Janeiro arrestó a Susane Martins da Silva, considerada la principal sospechosa en este caso. En el momento de su detención, la mujer rompió en llanto y, según informes, ofreció relatos confusos sin negar su participación en el envío de los chocolates.
La investigación continúa en curso mientras las autoridades recopilan más pruebas y testimonios para esclarecer las circunstancias detrás de la trágica muerte de Lindaci Viegas Batista de Carvalho.