Los protocolos de seguridad aeronáutica son bien estrictos y se cumplen a rajatabla. Entre ellos, está el de abortar un viaje cuando las condiciones de seguridad no son las adecuadas.
Los protocolos de seguridad aeronáutica son bien estrictos y se cumplen a rajatabla. Entre ellos, está el de abortar un viaje cuando las condiciones de seguridad no son las adecuadas.
Sin embargo, en un reciente vuelo entre Estambul y Barcelona, un avión se vio obligado a retornar a su punto de origen por un insólito motivo. Según las quejas de los pasajeros, y por una activación de los sensores, el protocolo hizo que el avión tuviera que abortar el vuelo.
La causa fue el mal olor que desprendía la fruta tropical "durián" en la bodega de carga. En los exámenes realizados a la carga del avión que aterrizó en Estambul sin ningún problema, se determinó que el funcionamiento de los sensores fue provocado por la fruta tropical durián, que desprende un fuerte olor al madurar.
Justamente, esta fruta es conocida como la fruta que sabe a cielo y huele a infierno por el exquisito aroma que tiene en su punto justo, pero también por el mal olor que desprende al madurar.