El comunicado cierra con una frase que resume la importancia de ese lazo:
“De todas formas, tenemos la certeza de que la historia mantendrá indisolublemente unidos nuestros nombres, como hasta ahora.”
Aunque no se han detallado los motivos puntuales detrás de la decisión de los herederos de Quino, se trata de un cambio de rumbo que pone fin a una de las relaciones más duraderas y simbólicas del mundo editorial argentino. A partir de ahora, los derechos de publicación de la obra del autor quedarán bajo otra gestión, aún no comunicada públicamente.
La noticia provocó un inmediato revuelo entre lectores y colegas del mundo del libro, muchos de los cuales expresaron su tristeza por la separación. No es solo el fin de una relación contractual, sino también de un capítulo cultural que marcó generaciones enteras en Argentina y en el mundo hispanohablante.